Washington, 31 dic (EFE).- El número de estadounidenses que solicitaron ayuda por desempleo la semana pasada se situó en 787.000, una cifra inferior a la esperada y de 19.000 menos respecto a la revisada la semana anterior, informó este jueves el Gobierno.
Los datos divulgados por el Departamento de Trabajo, no obstante, reflejan unos niveles muy elevados en las solicitudes de prestaciones por desempleo en una temporada en la que se esperaban mayores contrataciones debido a la campaña navideña, y pese a las restricciones para contener el avance de la pandemia de coronavirus.
Las solicitudes presentadas en la semana anterior también se revisaron al alza en 3.000 y quedaron en 806.000.
Por tanto, el promedio de las últimas cuatro semanas, un dato que refleja mejor la tendencia del mercado laboral, se situó en 836.750, con un aumento de 17.750 respecto al promedio revisado de la semana anterior.
No obstante, la disminución en las solicitudes de desempleo de la semana pasada supone hasta cierto punto una buena noticia, ya que los expertos habían vaticinado que se produciría un aumento hasta las 830.000 peticiones.
En la semana que concluyó el 26 de diciembre hubo 5.219.000 personas que percibían esa prestación convencional por desempleo, una disminución de 103.000 respecto a la cifra ajustada de la semana anterior, según las estadísticas del Departamento de Trabajo.
Las solicitudes semanales de prestaciones por desempleo alcanzaron un récord de 6,8 millones en marzo, como consecuencia del cierre económico para contener el avance del coronavirus, y desde entonces se han mantenido bien por encima de la cota de 665.000 que se alcanzó durante la Gran Recesión sufrida entre 2007 y 2009.
Según las nuevas cifras, en la semana que finalizó el 12 de diciembre había algo más de 13 millones de estadounidenses que durante meses recibieron prestaciones por desempleo debido a la pandemia, gracias al plan de estímulo económico de 3 billones de dólares aprobado por el Congreso en marzo pasado.
La semana pasada, el Congreso aprobó un nuevo plan de estímulo económico de 900.000 millones de dólares destinado a paliar el deterioro de la economía debido a la pandemia y que incluye ayudas adicionales al desempleo y pagos directos de 600 dólares a todos los estadounidenses con una renta anual menor a 75.000 dólares.
Durante cinco días, el presidente saliente, Donald Trump, se resistió a ratificar el paquete de estímulo, pese a que en su negociación había participado su secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, pero finalmente dio marcha atrás y accedió a firmarlo.
El índice general de desempleo en EE.UU., que en abril había subido al 14 %, ha ido disminuyendo casi mes a mes, y se situó en el 6,7 en noviembre.