JAKARTA, Indonesia (AP) — Los casos de coronavirus apenas han llegado a muchas de las lejanas islas del océano Pacífico, pero los estragos ocasionados por la pandemia han sido enormes, interrumpiendo la cadena de suministro que lleva importaciones de alimentos cruciales y haciendo que los precios se disparen a medida que disminuye el turismo.
Ante una inminente crisis alimentaria, muchos gobiernos han recurrido a iniciativas comunitarias para ayudar a aliviar la escasez, como: extender las temporadas de pesca, ampliar las lecciones de recolección de alimentos e impulsar los programas de distribución de semillas que permiten que los residentes tengan una mayor autosuficiencia.
“Al principio, empezamos con 5.000 semillas y pensamos que nos las terminaríamos en nueve meses. Pero hubo una gran respuesta, y terminamos distribuyendo las semillas en una semana”, dijo Vinesh Kumar, director de operaciones del Ministerio de Agricultura de Fiji.
El proyecto brinda a los residentes semillas de hortalizas, árboles jóvenes y equipo agrícola básico para ayudarles a cultivar sus propios huertos domésticos.
Elisabeta Waqa, residente de Fiji, dijo que había contemplado cultivar un huerto antes de la pandemia, pero luego de perder su empleo, tener tiempo extra en casa y semillas del ministerio, y con ayuda de algunos amigos, finalmente lo hizo.
Con una “inversión financiera nula”, Waqa recogió cubos, cajas y otros plantadores potenciales desechados al lado de la carretera y en la basura. Pronto su patio se transformó en contenedores de judías verdes, pepinos, coles y otros productos.
“Cuando empecé a cosechar unas dos o tres semanas después, fue cuando me di cuenta: Dios mío, este es un pasatiempo que la gente ha tenido durante tanto tiempo. Pensé en cuánto dinero podría ahorrar haciendo esto”, dijo Waqa.
Aislados geográficamente, con una tierra cultivable limitada y una creciente urbanización, muchos de los países y territorios insulares del Pacífico han visto cómo sus poblaciones han pasado de un trabajo tradicional basado en la agricultura a otro basado en el turismo. Esta tendencia ha creado una mayor dependencia de los alimentos importados, como la carne en conserva, los fideos y otros alimentos altamente procesados, en lugar de la dieta tradicional de productos cultivados localmente, como el ñame y el taro, que son ricos en nutrientes.
Eriko Hibi, director de la Oficina de Enlace de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación en Japón, señaló el cambio como una “triple carga” de problemas de salud: desnutrición, deficiencias de micronutrientes y obesidad.
Cuando empezó la pandemia, casi todos los países de la región cerraron sus fronteras. Las cadenas de suministro del transporte marítimo, incluidos los fertilizantes para las granjas y los alimentos, se interrumpieron, lo que provocó un aumento de precios. En Suva, capital de Fiji, el costo de algunas frutas y verduras frescas aumentó hasta un 75% durante las primeras semanas.
Al mismo tiempo, el turismo, que según Hibi representa hasta el 70% del producto interno bruto de algunos países, se detuvo, dejando a miles de personas sin empleo con un menor acceso a los alimentos.
___
El Departamento de Salud y Ciencia de Associated Press recibe el apoyo del Departamento de Educación Científica del Instituto Médico Howard Hughes. La AP es la única responsable de todo el contenido.