LIMA (AP) — Pese a que en 2020 murieron miles en Perú y más de un millón se contagió de COVID-19, los peruanos no han perdido la esperanza de que el siguiente año sea mejor.
Por ello, algunos asisten a una “Feria de los Deseos” para atraer la suerte que empezó en el Altiplano que comparten Bolivia y Perú y a causa de la migración se ha extendido hasta Chile y Argentina.
Las miniaturas que materializan los deseos están construidas con cerámica o papel. Se ofrecen opciones variadas: certificados de buena salud, títulos profesionales, billetes de gran valor, bebés de ambos sexos, casas, edificios o negocios específicos como una librería o una farmacia.
“Es para que las personas lo visualicen y cumplan el proyecto que anhelan” explicó Lidia Cortez la empresaria organizadora de la “Feria de los Deseos” en Lima. “Puede ser una casa, un viaje, para ascender de cargo, abrir una cadena de tiendas, tener una flota de carros, para la salud”, dijo.
La miniatura es llamada “Alasita” que significa “cómprame” en lengua aymara, el idioma que se habla en el Altiplano que comparten Perú y Bolivia. El objeto tiene que ser bendecido por un curandero antes de ser usado.
El único deseo que no puede ser materializado es el de ser curado o protegido contra el nuevo coronavirus que en Perú ha matado a más de 37.400. “No estamos haciendo tratamientos anticovid, más bien levantamos la moral a las personas deprimidas”, dijo Cortez.
Por unas pocas monedas, hombres y mujeres que afirman ser los mejores curanderos del sureste peruano arrojan pétalos de flores amarillas y frotan un huevo de avestruz sobre el cuerpo de un cliente para alejar a la mala suerte y atraer la buena fortuna.
Los peruanos “sobre todo queremos salud, trabajo, dinero y mucho amor”, dijo Brigite Garcés.
Lima, de casi 10 millones de habitantes, es habitada en su mayoría por migrantes de los Andes que llegaron desde mediados del siglo XX o de sus descendientes.