Salud sin fronteras: el hospital hispano-francés de Puigcerdà

Guardar
La salud no tiene fronteras en Europa, su carácter es universal y así lo pueden confirmar los usuarios del Hospital Transfronterizo de Cerdanya u Hôpital de Cerdagne, que cuida desde Puigcerdà (Girona) a ciudadanos de España y Francia que lo tienen como referencia. Es un centro más útil si cabe en tiempos de pandemia. EFE/David Borrat
La salud no tiene fronteras en Europa, su carácter es universal y así lo pueden confirmar los usuarios del Hospital Transfronterizo de Cerdanya u Hôpital de Cerdagne, que cuida desde Puigcerdà (Girona) a ciudadanos de España y Francia que lo tienen como referencia. Es un centro más útil si cabe en tiempos de pandemia. EFE/David Borrat

Puigcerdà (Girona), 22 dic (EFE).- La salud no tiene fronteras en Europa, su carácter es universal y así lo pueden confirmar los usuarios del Hospital Transfronterizo de Cerdanya u Hôpital de Cerdagne, que cuida desde Puigcerdà (Girona) a ciudadanos de España y Francia que lo tienen como referencia. Es un centro más útil si cabe en tiempos de pandemia.
El primer centro sanitario transfronterizo de Europa es la solución para que vecinos de esta zona del Pirineo reciban atención sin tener que desplazarse a más de una hora de coche en el caso de los españoles o a cerca de dos horas de automóvil en el de los franceses.
El programa de fondos europeos POCTEFA aportó más de 18 millones de euros para que, en 2014, se levantase este hospital, que cubre las necesidades de 32.000 personas en invierno y 150.000 en verano al tratarse de un área con fuerte afluencia del turismo.
GESTIÓN Y SERVICIO COMPARTIDO
La gestión y financiación del centro es compartida entre los dos países con una proporción del 60-40 por ciento en base a un cálculo de uso que sitúa por encima a España, reparto tenido también en cuenta para afrontar el coste de mantenimiento, de unos 20 millones de euros anuales.
Sin embargo, esos cálculos no se aplican para seleccionar al personal, que cuenta al frente como director con el francés Vincent Rouvet, mientras que su adjunto es el español Xavier Conill.
Rouvet destaca de su hospital que tiene "la particularidad de servir a la población de los dos lados de la frontera sin diferencia de nacionalidad".
En Puigcerdà, los recursos de la sanidad española y francesa se coordinan para obtener los mejores resultados e, incluso, su aparcamiento de ambulancias acoge a los Servicios de Emergencias Médicas de uno y otro país.
El SEM español y el SAMU francés conviven en un espacio que es la única base del segundo fuera del territorio de la República de Francia y que, en su caso, depende de su centro regulador en Perpiñán y sirve para cubrir las necesidades sanitarias de las regiones de Cerdanya y Capcir.
ROMPER FRONTERAS PARA FRENAR LA COVID-19
La llegada de la covid-19 ha obligado además a poner en valor las prestaciones que se le atribuyen a un hospital transfronterizo y, tras incorporar tecnología y asegurarse suficientes reactivos, ofrece PCR rápidas y test de antígenos para luchar contra la pandemia.
Las distancias y las complicadas conexiones por carreteras en una zona pirenaica hacen que la velocidad en la obtención de resultados haya sido una premisa para los responsables del centro.
La intensidad de la primera ola y la llegada de numerosas personas a segundas residencias durante el confinamiento provocó que se alertase desde estas instalaciones sanitarias de que su capacidad estaba diseñada para los habitantes habituales, tanto del lado español como del francés, con excepción de los picos turísticos.
El doctor Rouvet detalla que el Hospital de Cerdanya o Cerdagne realiza "la criba de covid a la población de esta región y, en función de las necesidades de asistencia, puede orientar a los pacientes que precisan de reanimación hacia centros más importantes, como son el de Manresa en España o el de Perpiñán en Francia".
Aunque la incidencia de la pandemia fue "menos importante" aquí que en el grueso del sur de Francia o de Cataluña, según Rouvet, la afectación fue destacada en la primera ola.
Xavier Conill se suma a la conversación para lanzar consejos a los vecinos con segundas residencias en la zona y de cuyo comportamiento dependerá en buena medida la seguridad sanitaria.
El doctor Conill les recuerda que el de la Cerdanya es "un hospital pequeño con dimensiones y recursos limitados" y les pide "prudencia, que nadie se vuelva loco".
FRANCESES QUE NACEN EN ESPAÑA
¿Y qué pasa cuando una madre francesa da a luz en Puigcerdà? ¿De qué nacionalidad es el bebé?
Automáticamente recibe la nacionalidad de sus progenitores, pero se le tiene que inscribir a través del consulado, que remite la documentación a Nantes, donde está el registro de ciudadanos de Francia nacidos en el extranjero.
El problema no lo tiene para regresar a su casa en unos días, porque, al tratarse de un espacio Schengen, no se precisa de pasaporte ni ninguna acreditación oficial para cruzar la frontera.
El inconveniente es el de disponer desde un primer momento de la cobertura del sistema sanitario francés y, para ello, se llegó a un acuerdo con los responsables en Perpiñán de autorizarlo para que aceptasen el certificado de nacimiento del Hospital de Cerdanya.
Hay otros casos con derivada administrativa como el de las defunciones, que se rigen por normativa europea, pero también por acuerdos bilaterales entre países como el que se dio en la cumbre hispano-francesa de 2017 para resolver este punto.
"Hay que trabajar en que lo importante es el ciudadano de Europa y estamos intentando ayudar a construir la Europa del ciudadano", añade Conill.
COVID TRANSFRONTERIZA
Incluso algo tan sobrevenido como la covid se ha convertido en ejemplo de actuación transfronteriza como relata una paciente de 78 años, María Teresa Basuldu, que siente que, desde el Hospital de Puigcerdà, le han salvado la vida y lo agradece con una mascarilla en la que luce la imagen de un sanitario.
Busuldu enfermó junto a su hijo mayor en marzo en el momento más complicado de la pandemia, ingresó en el centro transfronterizo y despertó en otro en Foix, ya en territorio francés.
Rodeada de sanitarios que hablaban otro idioma, le explicaron que los médicos de Puigcerdà carecían por entonces del respirador que precisaba, que la saturación en los hospitales españoles era máxima y que surgió la oportunidad de ir a ese en Francia.
"Me derivaron a Foix gracias a los contactos de los médicos del Hospital a aquel lado de la frontera", manifiesta agradecida.
Allí la trataron "estupendamente", pasó once días en una Unidad de Cuidados Intensivos. Si no hubiese sido por esa atención, "no podría explicarlo" y, una vez salió de peligro, regresó a Puigcerdà, donde estuvo unos días antes de regresar a su domicilio, en esta misma localidad.
"Me he sentido acompañada", subraya Busuldu, que ha confeccionado camisetas para regalárselas a quienes la cuidaron, en las que aparece un ángel vestido de sanitario.
LA FRANCESA QUE DIO A LUZ EN NOCHEBUENA
Al otro lado de la frontera hay otros ejemplos de la condición de transfronterizo del Hospital de Puigcerdà, como esos nacimientos de ciudadanas francesas que antes debían desplazarse más de hora y media a Perpiñán para dar a luz y, ahora, en veinte minutos lo hacen en territorio español.
Maude Lletche es una de esas mujeres, responsable de comunicación de la estación de esquí de Font-Romeu y que, el 24 de diciembre de 2019, celebró la nochebuena alumbrando a Julia.
"Para nosotros es una gran suerte tener este hospital que nos permite disponer de todo el servicio médico a unos veinte minutos de coche", señala.
Lletche asegura que todos los ciudadanos del lado francés están "muy contentos" con esta instalación y que, en su caso, realizó "todo el seguimiento del embarazo directamente en Puigcerdà".
"Allí, me han mimado mucho, puedo decir que lo he pasado bien, muy tranquila, con un equipo muy profesional tanto de ginecólogos como de comadronas", relata.
Reconoce también que le provocaba risa "que las citas eran en tres idiomas", porque a veces hablaba con el médico en español, con su marido en francés y con la comadrona en catalán, que eso se repitió en el momento del parto "y es un buen recuerdo".
"Es una suerte para las mujeres tener este servicio, que te evita desplazarte lejos para dar a luz, pero también lo es que todo el seguimiento te lo hagan desde el hospital transfronterizo", subraya.
UN CÁNCER Y UNA ROTURA DE FÉMUR CON COMPLICACIONES
Otras experiencias de usuarios de este especial hospital son las de un veterano del deporte como es Lluís Breitfuss y un joven valor del esquí como Pol Sanmartí, ambos afincados en Alp, localidad a la que pertenece la estación catalana de La Molina.
Al primero le diagnosticaron en 2015 un cáncer de pulmón y la instalación transfronteriza le ha cambiado la vida, porque muchos tratamientos puede hacerlos en Puigcerdà, a pocos kilómetros de su casa.
Lluís Breitfuss se pasó el primer año desde que le diagnosticaron la enfermedad desplazándose a diario a Barcelona para someterse a quimioterapia y radioterapia.
Ahora, su situación le permite quedarse en Puigcerdà, donde "el trato humano es de diez" y donde la presencia de sanitarios de uno y otro lado de la frontera le da "confianza, porque son dos maneras de actuar y no hay una mejor ni peor".
"Tenía el otro día el diagnóstico de un médico catalán y uno francés me ha realizado un TAC y los resultados coinciden", puntualiza.
El caso de Pol Sanmartí es el de un menor muy vinculado al mundo del esquí que, a finales de 2019, se rompió el fémur en La Molina con el inconveniente de una elevadísima intolerancia a la mayoría de medicamentos.
Tras recibir una primera atención en la estación de esquí, entró en urgencias en Puigcerdà, donde le realizaron transfusiones porque había perdido mucha sangre.
Su alergia le hizo dudar sobre trasladarse a un centro de Barcelona, pero optó finalmente por el transfronterizo, cerca de su residencia en Alp, y, ahora, cuando está a punto de que le retiren los hierros que le implantaron hace un año explica junto a su madre que el trato ha sido "exquisito"
AVANZAR EN LA COORDINACIÓN DE SISTEMAS SANITARIOS
El reto actual del hospital es avanzar en la coordinación de los dos sistemas sanitarios y mejorar la relación con toda la red de atención, como ambulatorios, residencias de ancianos o centros de recuperación, aunque no sea estrictamente transfronteriza.
La concesión de bajas laborales y las recetas aptas en farmacias de ambos lados de la frontera son realidades en esa línea, gracias en buena parte al trabajo de un equipo de traductores que actúa también sobre informes de urgencias.
Las reclamaciones por dificultades con el idioma son prácticamente inexistentes y, en ello, influyen decisiones como las de que enfermería se organice en binomios hispano-franceses o que se ofrezca una plan de formación en lenguas a todos los empleados.
Más de doscientos trabajadores conforman la plantilla del hospital, que reparte entre los dos países la externacionalización de algunos servicios, francesa en el caso de cocina, lavandería y limpieza.
REFERENCIA EN MEDICINA DEPORTIVA Y DE MONTAÑA
Por su ubicación pirenaica a muy poca distancia de estaciones de esquí de España y Francia e, incluso, de Centros de Alto Rendimiento, el Hospital de Cerdaña se ha convertido en referencia en medicina del deporte y montaña.
Colaboraciones con el Centro Nacional de Entrenamiento en Altitud de Font-Romeu, en territorio francés, o con el Consejo Catalán del Deporte se enmarcan en esa vocación.
También se han firmado alianzas con la Universidad de Girona, el Laboratorio de Salud en Altitud de la Universidad de Perpiñán o con la Asociación Catalana de Estaciones de Esquí y Actividades de Montaña.
Cuerpos y Fuerzas de Seguridad de ambos países mantienen también relación con el hospital, acostumbrado a atender lesiones relacionadas con el esquí en invierno y con actividades como carreras de montaña o ciclismo.
Desde su helipuerto, una necesidad por la complicada orografía de la zona, se divisan los picos a uno y otro lado de la frontera y sus pueblos incrustados en valles en una visión de 360 grados puramente europea.
LÍNEAS DE AUTOBÚS QUE CONECTAN CON EL HOSPITAL
La última novedad, estrenada el 1 de septiembre de 2020, ha sido la puesta en marcha de un servicio de autobús interurbano con parada en el Hospital de Cerdaña.
Las líneas transfronterizas C1 (Porté, Puigcerdà, Montlluís) y C2 (Formiguera-Puigcerdà-Er) conectan a los ciudadanos franceses con el centro sanitario de Puigcerdà y a los españoles con la estación de esquí de Porté e, incluso, les permite llegar a Perpiñán.
Toda esa red de transporte público dispone de información actualizada a través de internet y forma parte del proyecto ConnECT, cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) del Programa Interreg V-A España-Francia Andorra (POCTEFA 2014-20).
La Europa de los ciudadanos que inspiró la puesta en marcha de este hospital sigue así dando pasos adelante en ese objetivo de difuminar las fronteras y darle sentido práctico al concepto de Unión Europea.
David Álvarez

Guardar