MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
La Agencia para los Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR), junto con el Banco Mundial, calcula que cerca de un millón de refugiados sirios, debido a la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, están por debajo del umbral de la pobreza, mientras que las comunidades de acogida en Líbano, Jordania y la región norte de Kurdistán, en Irak, también han sufrido un impacto en los niveles de la pobreza por el coronavirus.
Ambos organismos han publicado un informe en el que analizan el impacto "grave y profundo" que la pandemia y las restricciones derivadas para evitar los contagios, que han afectado tanto a los refugiados como a las comunidades que los acogen.
Las conclusiones reflejan que aproximadamente 4,4 millones de personas en las comunidades de acogida, cerca de un millón de refugiados sirios y otros 180.000 iraquíes desplazados internos han caído por debajo del umbral de la pobreza desde el inicio de la crisis del coronavirus.
Los índices de pobreza entre los refugiados en Jordania han aumentado 18 puntos porcentuales, en Líbano 56 puntos porcentuales y 21 puntos porcentuales en el Kurdistán iraquí, mientras que las proyecciones del informe prevén que la pobreza continúe aumentando en 2021.
El informe también destaca que muchos de los refugiados sirios en estos territorios ya vivían por debajo del umbral de la pobreza antes de la crisis sanitaria, lo que ha limitado la cantidad de personas que podían caer por debajo.
Especialmente en Líbano, pero también en los otros dos países, los niveles de pobreza de las comunidades de acogida han incrementado, que se suma la crisis económica y la alta inflación que registraba el país antes de la pandemia.
En el ámbito económico, las restricciones impuestas para frenar el ritmo de contagios han afectado al mercado laboral informal, del que dependen la mayoría de los refugiados.
Desde que estalló la crisis sanitaria del coronavirus en el mundo, se han distribuido 25,4 millones de dólares (unos casi 20 millones de euros) en asistencia en efectivo de emergencia a aproximadamente 51.000 familias de refugiados.
La mayoría de los beneficiarios de las ayudas han recibido tres pagos separados a medida que el impacto financiero de la crisis continúa afectando a las poblaciones de refugiados y de acogida.
El director de ACNUR para Oriente Próximo y África del Norte ha asegurado que "las condiciones de vida de los refugiados sirios y de las comunidades que los acogen son muy preocupantes".