Antes de que llegara al profesionalismo y de convertirse en rival del hombre de quien deseaba aprender, Caleb Porter fue un exitoso entrenador colegial en Akron.
En ocasiones, hacía un viaje de dos horas para mirar la práctica de Crew de Columbus, en busca de adoptar alguna de las enseñanzas del entrenador Sigi Schmid.
“Uno no olvida a las leyendas”, dio Porter, quien es ahora el entrenador de Columbus. “Uno no olvida a la gente pionera, que allanó el camino para que uno llegara. Es algo que tengo siempre en mente. Pienso siempre en eso”.
Casi dos años después de su fallecimiento, Schmid sigue ejerciendo una influencia perceptible de cara a la final de la MLS, que disputarán el sábado Columbus y los Sounders de Seattle.
Schmid es el único técnico que ha llevado al Crew hasta la coronación en la MLS. Lo logró en la temporada de 2008, durante la que Columbus obtuvo también el trofeo Supporters' Shield, como el mejor equipo en la campaña regular.
Fue también el primer entrenador de los Sounders, donde colocó los cimientos de una franquicia que ha avanzado a los playoffs en cada año de su existencia y que ha disputado cuatro de las últimas cinco finales de liga.
Para dos equipos que por lo demás se asemejan en muy poco, una parte relevante de su historia tiene como protagonista al entrenador, miembro del Salón de la Fama, quien falleció en diciembre de 2018 a los 65 años.
“Amo que él haya sido parte de las dos franquicias. Me entristece que no esté aquí para atestiguar eso”, dijo el entrenador de Seattle, Brian Schmetzer.
Prácticamente nadie iguala la estatura de Schmid como técnico en la historia de la MLS. Por algo la liga le puso su nombre al trofeo para el mejor entrenador del año.
Schmid dejó originalmente su sello en California. Convirtió a UCLA en una potencia.
Luego llegó al fútbol profesional y tomó las riendas del Galaxy de Los Ángeles en 1999. Condujo al equipo hacia tres finales y al título de 2002.
“Encontró a algunos grandes talentos”, dijo el exastro del Galaxy, Cobi Jones. “Pero aquel equipo del Galaxy de 2002 fue muy especial porque tenía una gran unidad. Éramos amigos dentro y fuera de la cancha. Como una familia”.
Schmid encontró un plantel vasto en Los Ángeles. En cambio, tuvo que comenzar de cero con Columbus y Seattle.
Brad Evans era un joven jugador de aquel Crew de 2008 que derrotó en la final a los Red Bulls de Nueva York. Aquella fue la culminación de un proyecto de reconstrucción de tres años emprendido por Schmid.
Más de una década después, muchos aficionados en Columbus siguen recordando aquel proyecto.
“Él estuvo como en una isla, y realmente era entonces como un ratón de biblioteca que sólo se dedicaba a estudiar el fútbol, más de lo que hubiera sido posible acá en Seattle o incluso en años anteriores”, dijo Evans, quien destacó que la familia de Schmid siguió en la costa del oeste cuando dirigió al club. “Y es que en Columbus no había escapatoria para él. Lo único que podía hacer era llegar temprano al trabajo y marcharse tarde. Y eso fue lo que hizo exitoso a aquel equipo. Pienso que fue por ello que ese campeonato significó tanto para él”.
Evans puede hablar con autoridad sobre la influencia de Schmid en las dos franquicias. Siguió a su entrenador a Seattle cuando Schmid fue contratado para la campaña inaugural de los Sounders.
En el draft de expansión, Evans fue el último de los 10 seleccionados por Seattle. Pasó nueve temporadas con el equipo, jugando 200 partidos.
“Ganar no es lo único que importa, pero la realidad es que, si los Sounders no hubieran sido tan exitosos en el primer par de años, Sigi no habría estado tanto tiempo como estuvo ahí”, especuló Evans.
Tod Leiweke fue uno de los responsables de llevar a Schmid a Seattle. Es ahora el director general del Kraken de Seattle en el hockey sobre hielo y un accionista minoritario de los Sounders. Pero en 2008-2009, operaba todos los proyectos deportivos de Paul Allen, incluida la creación de los Sounders.
“Él era un tipo fantástico... Pienso que él estará mirando hacia abajo el sábado para ver el partido, seguro. Mirará estas dos franquicias en las que tuvo tanto impacto”, dijo Leiweke acerca de Schmid.
Eventualmente, Porter dejó de ser alumno de Shmid y se convirtió en su rival años después. Tomó su primer empleo dentro de la MLS, en Portland.
El aprecio por Schmid siguió siempre ahí.
“Cuando recuerdas el 2008, fue una temporada de la que se habla y que se celebra”, comentó Porter. “Pienso que ha sido una gran inspiración para nuestro grupo este año y, ciertamente, sería significativo dado que Sigi era el técnico de aquel equipo de 2008”.
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La periodista de la AP, Anne M. Peterson, contribuyó con este despacho.