Grupo opositor nicaragüense apuesta por reformas electorales

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MANAGUA (AP) — A menos de 11 meses para los comicios presidenciales en Nicaragua, en los que el presidente sandinista Daniel Ortega intentará conservar el poder que detenta desde hace 14 años, sus adversarios apuestan por lograr reformas electorales y una restitución de las libertades como condiciones para participar, dijeron el viernes líderes de la Alianza Cívica (AC), una de las varias organizaciones que conforman la fragmentada oposición.

“Las condiciones actuales son bien duras, y veo muy difícil participar si estas condiciones todavía prevalecen dos o tres meses antes” de las elecciones del próximo año, dijo el director ejecutivo de la AC, Juan Sebastián Chamorro, en una rueda de prensa virtual con corresponsales de prensa extranjera en Managua.

Chamorro, que a menudo sufre el asedio de patrullas de policía frente a su residencia, indicó que pese a ello no es “derrotista” y confía en que la AC “logrará arrancarle al régimen las siete reformas electorales” propuestas por la Organización de Estados Americanos (OEA) y que incluyen cambios no muy drásticos al cuestionado sistema electoral actual.

“De lo contrario, advirtió, “sería un proceso ilegítimo y la gente no saldría a votar” el 7 de noviembre de 2021, fecha establecida por el Consejo Supremo Electoral (CSE), un organismo cuyas máximas autoridades son miembros o militantes del gobernante partido Frente Sandinista.

El “plazo fatal” hasta el momento parece haberse fijado para mayo de 2021, conforme el calendario de reformas propuesto por la OEA, que deberán estar listas antes del inicio de la campaña electoral.

La Alianza Cívica surgió al calor de la revuelta social de abril de 2018, donde la represión policial dejó cientos de muertos y detenidos, y unos 100.000 exiliados, pero hace un par de meses se distanció de otros grupos opositores, como la Unidad Nacional Azul y Blanco y la Coalición Nacional, que lucha por aglutinar a todas las fuerzas antisandinistas.

Desde septiembre de 2018, la policía prohibió las manifestaciones opositoras en Nicaragua y mantiene en prisión, según la AC, a un centenar de “presos políticos” por participar en las protestas. El gobierno no ha mostrado voluntad de modificar esas condiciones.

Para el empresario José Adán Aguerri, representante del sector privado en la AC, las reformas electorales deberán ir acompañadas por garantías de libertad y proselitismo para la oposición durante la campaña.

De lo contrario, la oposición nicaragüense estará colocada frente “al espejo de Venezuela, donde el resultado (de las últimas elecciones legislativas para los adversarios del gobierno de Nicolás Maduro) fue perder-perder”, dijo el líder empresarial.

Aunque los sandinistas aún no hablan con frecuencia de elecciones, según Chamorro el gobierno ya reservó una partida de 700 millones de córdobas (unos 20 millones de dólares) para organizar el proceso.

Sin embargo, Ortega no ha mostrado interés de un acercamiento a sus adversarios. Según Juan Sebastián Chamorro, no existe “ninguna comunicación” entre la AC y el gobierno desde hace largo tiempo.

Al interior de la AC existen posiciones poco optimistas, como la del político José Dávila, que prefiere hablar con contundencia y sin paños tibios.

“El panorama de las reformas electorales está muy oscuro”, opinó Dávila, tras lamentar que no se logren reformas de rango constitucional, como sería prohibir la reelección presidencial indefinida, debido a que el Frente Sandinista controla de manera absoluta el Parlamento.

Tampoco lograrían, por la misma razón, aumentar el porcentaje mínimo de votos válidos para optar a la Presidencia, que actualmente está en apenas 35%. Esto le ha permitido Ortega reelegirse en 2011 y 2016, ya que el “voto duro” de los sandinistas no sobrepasa el 38%.

Según Dávila, “ya sólo queda luchar por las reformas de la OEA y algunas reformas cosméticas”, sobre las cuales tampoco hay consenso entre los grupos opositores. “El gran reto será lograr la unidad en esto, para que no nos roben las elecciones”, remarcó.

“Daniel Ortega busca maquillar el proceso electoral sin sacrificar su poder. Y aunque hará elecciones para aparentar pluralismo, va a reprimir y va a impedir todas las manifestaciones”, vaticinó José Dávila.

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