LA PAZ (AP) — Más fragmentada tras su reciente revés en las elecciones nacionales, la oposición política enfrentará con 38 alianzas al partido del expresidente Evo Morales en los comicios de gobernadores y alcaldes a celebrarse el 7 de marzo próximo, según informes oficiales.
Buena parte de esas alianzas son entre pequeños partidos locales que compiten en las elecciones para alcaldes, pero las mayores fuerzas políticas opositoras no lograron pactar acuerdos.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) informó el lunes que revisará si las alianzas acordadas cumplen los requisitos tras señalar que el plazo para su inscripción venció el fin de semana.
Morales informó que su partido —Movimiento al Socialismo (MAS)— irá sólo a esos comicios en los que se elegirá a nueve gobernadores y más de 342 puestos a municipios.
Las elecciones subnacionales terminarán de reconfigurar el escenario político tras el triunfo del izquierdista Luis Arce en las elecciones de octubre, dijo el profesor de ciencia política Carlos Cordero.
El MAS es favorito para ganar, sobretodo, en los municipios rurales y pueblos pequeños dada su afinidad con sindicatos indígenas, pero en las ciudades capitales grandes la oposición es fuerte y de ganarlas se lograría un contrapeso político, según los expertos.
En la oriental Santa Cruz, la ciudad más poblada y reducto opositor, las dos fuerzas principales de oposición lograron una alianza para presentar un candidato único a la alcaldía de esa capital.
El 19 de diciembre vence el plazo para el registro de candidatos y tampoco al MAS le está siendo fácil elegir a los suyos en medio de fuertes pugnas. Tras su retorno del exilio hace casi un mes, Morales ha retomado la jefatura de su partido y está coordinando la elección de los candidatos.
“La mejor forma de cuidar a Luis Arce es ganar la mayor cantidad de alcaldías y gobernaciones. No estamos lejos de eso...”, tuiteó Morales la semana pasada.
El MAS ganó los comicios nacionales con Arce y retornó al poder tras la renuncia de Morales hace trece meses después de unas elecciones en las que buscaba un cuarto mandato. Las denuncias de fraude provocaron un estallido social que dejó 36 muertos.