Montevideo, 6 dic (EFE).- Con una vida ligada al fútbol, en la que llevó al equipo de su barrio, el humilde Progreso, a ser campeón y a competir en copas internacionales, el dos veces presidente de Uruguay Tabaré Vázquez (2005-2010 y 2015-2020) no pudo plasmar su liderazgo en la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).
Este icónico referente político de la izquierda uruguaya, fallecido en la madrugada de este domingo a los 80 años, ha dedicado su vida a sus tres pasiones, la política, la medicina y el fútbol.
En todos esos puntos ha sido destacado, ya que fue presidente de Uruguay e intendente de Montevideo; fue uno de los principales oncólogos de referencia en el continente y con su amado Progreso logró darle alegrías y campeonatos a un humilde barrio de la zona oeste de la capital.
Sin embargo, una espina que quedó clavada para siempre es no haber conseguido el consenso necesario para estar al frente del organismo rector del fútbol uruguayo, pese a haber hecho varios intentos.
Su presidencia en Progreso fue destacada, los logros en este equipo conocido como "los gauchos del pantanoso" fueron indiscutibles y la figura de Vázquez como líder ya se hacía notar en propios y extraños.
Esto hizo que creciera el apoyo de los clubes -principalmente entre los más chicos- y se decidiera impulsar en 1983 su candidatura a presidente.
No prosperó ya que, según trascendió en aquel entonces, Peñarol y Sudamérica no lo quisieron "por ser del Frente Amplio". Años después volvió a postular su nombre pero ya con el apoyo de los dos grandes, varios equipos menores y una carrera prácticamente ganada, o eso creía.
Según detalló en 2015 el escritor Atilio Garrido en declaraciones al diario local El Observador, la razón por la que Vázquez no pudo convertirse en presidente de la AUF en 1987 fue la influencia del entonces mandatario del país, Julio María Sanguinetti, quien estaba históricamente ligado al Peñarol y habría presionado para que el club cambiase su voto.
"Viajando con él en un congreso de la Confederación Sudamericana en Paraguay, juntos en el avión, se acostó siendo presidente de la AUF y se despertó no siéndolo porque el doctor Sanguinetti, que era el presidente de la República, hizo cambiar el voto de Peñarol", señaló.
En esas elecciones, quien resultó electo fue Donato Grieco, del Danubio, que tuvo una fracasada gestión y renunció antes de terminar su primer año.
PROGRESO Y VÁZQUEZ, UN AMOR RECIPROCO
En 1979 asumió como presidente de Progreso y allí comenzó un camino de crecimiento exponencial de la institución. Ese mismo año el Progreso logró el ascenso, en 1981 comenzó las obras para remodelar y mejorar su estadio, Abraham Paladino, en 1987 compitió por primera vez en la Copa Libertadores y en 1989 llegó el momento de tocar el cielo con las manos.
Cuando la presidencia de Vázquez estaba por terminar, porque era hora de emprender un camino hacia la política partidaria y presentarse como candidato a intendente por el Frente Amplio (FA-izquierda), el club logró la hazaña de ser campeón uruguayo.
En un torneo que se jugó a una sola rueda, porque coincidía con la Copa América y las eliminatorias para Italia 90, el Progreso fue casi invencible. Goleó 3-1 al Nacional y venció 1-0 al Peñarol y solo sufrió una derrota ante el Wanderers.
Una de las particularidades de este año fue que Vázquez ya había empezado la campaña electoral, por lo que se tomó licencia en los primeros partidos. Como los resultados se fueron dando, el entonces presidente decidió no asistir al resto de los encuentros para no llevar la mala suerte.
En un país dominado por los dos grandes, Vázquez lideró a un humilde equipo de barrio y lo llevó a lo más alto. La relación de amor mutuo entre la institución, los fanáticos y el exmandatario se mantuvo hasta el final, ya que cuando Vázquez sufrió la recaída que concluyó con su fallecimiento las afueras de su casa fueron adornadas con camisetas, banderas y pancartas de ánimo.
"No te rindas", llegó a publicar la cuenta oficial del club en Twitter haciendo alusión a las palabras que leyó Vázquez durante el homenaje que le hizo el Frente Amplio en febrero de 2020.
Las muestras de amor de la institución hacia uno de sus principales líderes también se demostró en 2002, cuando nombraron a una de sus tribunas "Doctor Tabaré Vázquez" y en sus últimos días de vida, el anuncio de que, a partir del 30 de noviembre de 2020, la sala de teatro de la institución llevaría su nombre para agradecerle a quien "enorgulleció al barrio y al club liderando con la obra social, solidaria cultural y deportiva".
Federico Anfitti