Francia lanzará este jueves una investigación sobre 76 mezquitas sospechosas de radicalización islámica como parte de una campaña del presidente Emmanuel Macron tras una serie de ataques yihadistas.
"Siguiendo mis instrucciones, los servicios del Estado lanzarán una acción masiva e inédita contra el separatismo" islamista, anunció el miércoles por la noche, en un mensaje en Twitter, el ministro del Interior Gérald Darmanin, a cargo del operativo.
"Si se confirman las sospechas" sobre alguna de las 76 mezquitas que serán controladas, "las cerraremos", precisó Darmanin en una entrevista con la radio RTL este jueves.
Las inspecciones que se llevarán a cabo el jueves por la tarde son parte de una respuesta a dos recientes ataques que han conmocionado a Francia: la decapitación de un profesor por haber mostrado a sus alumnos caricaturas del profeta Mahoma y el apuñalamiento de tres personas en una iglesia de Niza.
Darmanin no reveló qué lugares de culto serían inspeccionados, pero en una nota que envió a autoridades regionales, y que la AFP pudo consultar, enumeró 16 direcciones en la región de París y otras 60 en el resto del país.
El ministro dijo a RTL que el hecho de que sólo una fracción de los cerca de 2.600 lugares de culto musulmanes en Francia fueran sospechosos de promulgar teorías radicales, mostraba "que estamos lejos de una situación de radicalización generalizada".
"Casi todos los musulmanes en Francia respetan las leyes de la República y se sienten heridos" por la radicalización, dijo.
El asesinato del profesor Samuel Paty, que había mostrado a sus alumnos caricaturas de Mahoma en una clase sobre la libertad de expresión, conmocionó a toda Francia, donde fue visto como un ataque contra la propia República.
Tras su asesinato, las autoridades hicieron una redada en decenas de organizaciones y asociaciones islámicas sospechosas de promover el extremismo.
También ordenaron el cierre temporal de una mezquita cerca de París que compartió en las redes sociales un video que incitaba al odio hacia Paty.
Estas últimas inspecciones se producen en un momento en que Darmanin intenta evitar las feroces críticas sobre casos de brutalidad policial capturados por cámaras que han obligado al partido gobernante a revisar un controvertido proyecto de ley que restringe la filmación de la policía.
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