Centroderecha derrota al bolsonarismo y la izquierda en municipales de Brasil

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La centroderecha confirmó su condición de gran ganadora en la segunda vuelta de las elecciones municipales del domingo en Brasil, en detrimento de los candidatos de la izquierda y de los apoyados por el presidente de ultraderecha, Jair Bolsonaro.

El actual alcalde de Sao Paulo, la ciudad más rica y poblada del país (12,5 millones de habitantes), Bruno Covas, del centroderechista PSDB, derrotó con el 59,38% de los votos a Guilherme Boulos (40,6%), del Partido Socialismo y Libertad (PSOL).

En la primera vuelta, el 15 de noviembre, fueron eliminados tanto el candidato apoyado por Bolsonaro como el del Partido de los Trabajadores (PT) del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

En Río de Janeiro, segunda circunscripción con 6,7 millones de habitantes, el exalcalde Eduardo Paes (Demócratas, centroderecha) obtuvo el 64,1% de los votos, frente al 35,8% del actual alcalde, el exobispo evangélico Marcelo Crivella, un aliado de Bolsonaro.

"Hoy confirmamos que esta ciudad es la ciudad de la diversidad. Una ciudad tan amplia que acepta a todos, que abraza a todos", declaró Paes después de conocerse el resultado.

Los comicios se llevaron a cabo con seis semanas de atraso, debido a la pandemia de coronavirus, que ya se cobró casi 173.000 muertos y sumió al país en una grave crisis económica, con un desempleo récord de más de 14 millones de personas.

Bolsonaro, sin partido desde hace un año, apoyó a 13 candidatos, de los cuales solo dos fueron electos. En la segunda vuelta, aparte de Crivella, su última esperanza era Wagner Sousa Gomes, conocido como capitán Wagner, derrotado en Fortaleza (noreste) por José Sarto, del centroizquierdista PDT.

Los resultados privan a Bolsonaro de base sólida en esos distritos, pero "eso no significa que en [las presidenciales de] 2022 no haya una fusión de Bolsonaro con los partidos derechistas", señala Flávia Biroli, politóloga de la Universidad de Brasilia.

La izquierda se llevó otra decepción con la derrota en Porto Alegre (sur) de Manuela D'Avila, del Partido Comunista do Brasil (PCdoB), ante el centroderechista Sebastiao Melo.

En Recife (noreste), un bastión tradicional de la izquierda, se produjo un duelo entre dos primos y herederos políticos del histórico caudillo Miguel Arraes (1916-2005): el socialista Joao Campos, que se impuso con el 56,2% de los votos, y Marilia Arraes, del PT de Lula (43,73%).

El PT, por su lado, no consiguió frenar su declive y, por primera vez desde la democratización de Brasil en los años 80, no ganó en ninguna de las 26 capitales estatales. Solo gobernará en unas 180 alcaldías (de las 5.570), poco menos de un tercio de las 600 que tenía en 2012.

Debora Thomé, politóloga de la Universidad Federal Fluminense (UFF), llamó la atención sobre el hecho de que solo una mujer fuese electa en las capitales (Cinthia Ribeiro, reelegida en Palmas, capital de Tocantins, norte).

"El perfil que predominó en estas elecciones fue el hombre blanco (...) Sigue siendo muy difícil para una mujer vencer en una elección mayoritaria", constató.

- Covas: "política sin odio" -

Los alcaldes tienen un amplio abanico de competencias que incluyen el tema sanitario. Por tanto, para muchos la respuesta a la pandemia fue un factor importante en el momento de ejercer el voto.

Durante la fase más crítica de la propagación del virus, Bolsonaro minimizó su importancia y presionó contra las medidas de confinamiento ordenadas por gobernadores y alcaldes.

"Es posible hacer política sin odio, diciendo la verdad", declaró Covas tras el anuncio de su victoria. "Sao Paulo demostró que al negacionismo y el oscurantismo les quedan pocos días", agregó.

Los alcaldes, que asumirán sus funciones el 1 de enero de 2021 por un periodo de cuatro años, deberán enfrentar gigantescos desafíos en materia de seguridad, transporte o educación con las arcas vacías por la crisis, que solo se espera empiece a amainar cuando aparezca una vacuna.

- Fake News -

Bolsonaro, que votó en Río, aprovechó la ocasión para reiterar sus dudas sobre la confiabilidad del sistema de voto electrónico vigente en Brasil. "No podemos seguir votando sin tener la seguridad de que el voto fue para la persona [indicada]", declaró.

Las campañas de desinformación en las redes sociales se focalizaron este año más en el proceso electoral que en los candidatos, contrariamente a lo ocurrido en la presidencial de 2018.

Más de 70 de estas 'fake news' fueron verificadas en esta ocasión por la alianza de medios de la cual la AFP forma parte.

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