MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
Más de 500 migrantes y refugiados han perdido la vida este año intentando llegar por mar desde países del oeste de África hasta las Islas Canarias, según un estimación de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) que la propia agencia admite que es imprecisa, ya que el número real de víctimas sería mayor.
El último naufragio data del 15 de noviembre, fecha en la que una embarcación con 66 personas a bordo llegó con daños a Cabo Verde. Según el Gobierno y los supervivientes, más de 130 migrantes --en su práctica totalidad senegaleses-- viajaban inicialmente en este barco, por lo que se estima que unos 60 perdieron la vida.
Esta nueva tragedia se enmarca dentro de un repunte de los viajes hacia el archipiélago canario, adonde han llegado más de 18.000 migrantes y refugiados este año, unos 12.000 de ellos entre octubre y noviembre. En todo 2019, la OIM confirmó 210 fallecimientos en esta ruta, cifra que en 2020 ya se ha disparado a más del doble.
La OIM está "extremadamente preocupada" por este drástico aumento y el responsable del centro de datos, Frank Laczko, ha reconocido que se enfrentan a "numerosos desafíos" a la hora de trazar un dibujo claro de cuál es la situación real, ya que algunas embarcaciones "desaparecen sin dejar rastro".
La agencia internacional atribuye a los efectos colaterales de la pandemia de coronavirus, entre ellos la inseguridad alimentaria, el repunte de la llegada de pateras a Canarias, pero aún sostiene que la cifra de migrantes es "manejable" si se apuesta por "políticas de solidaridad y que prioricen los Derechos Humanos".