Iota avanza como tormenta tropical; dos muertos en Nicaragua

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TEGUCIGALPA (AP) — Iota se degradó el martes a tormenta tropical tras tocar tierra la víspera como un poderoso huracán y azotar con fuerza una vasta zona del norte y Caribe de Nicaragua, donde provocó inundaciones y destruyó un número no determinado de viviendas, mientras avanzaba rumbo a Honduras por la misma zona que dos semanas atrás dañó el huracán Eta.

Los efectos de Iota se extendían por varias zonas de Centroamérica y se espera que más tarde el ojo pase sobre Honduras y aunque se degradó, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos estima que al menos hasta el jueves existen riesgos de provocar inundaciones “catastróficas” y deslaves.

La vicepresidenta y primera dama de Nicaragua, Rosario Murillo, informó el martes que dos hermanos, una niña de 8 y un niño de 11 años, se ahogaron en la comunidad nicaragüense de La Piñuela cuando intentaron cruzar el río Solera.

Hasta ahora, sin embargo, no se sabe la magnitud de los daños debido a que las zonas afectadas se quedaron sin electricidad, teléfono o servicio de internet, además de que los fuertes vientos dificultaban la comunicación por radio.

Iota se aproximó a Nicaragua el lunes como un huracán categoría 5 y se degradó a 4 antes de tocar tierra por la noche en la zona costera cercana a Puerto Cabezas, también conocida como Bilwi, en Nicaragua.

La tormenta presentaba la tarde del martes vientos máximos sostenidos de 95 kilómetros por hora (60 millas por hora) y se movía a 19 kilómetros por hora (12 millas por hora), y se espera que cruce hacia Honduras en la siguientes horas.

Cerca de 40.000 personas fueron evacuadas en el departamento hondureño de Gracias a Dios, fronterizo con Nicaragua, por las inundaciones provocadas por los torrenciales aguaceros que dejó Iota.

Las crecidas en los municipios de Brus Laguna y Villeda Morales no han bajado desde la noche del lunes, cuando se reportaron las primeras lluvias que devastaron cientos de áreas de cultivos.

La vicepresidenta departamental de la comunidad misquita, Mirna Wood, explicó a The Associated Press que hay unos 40.000 evacuados que viven cerca de los ríos y el mar pero aún falta mucha gente por desalojar en Brus Laguna y Villeda Morales. Agregó que muchos afectados fueron rescatados por autoridades nicaragüenses y llevados a ese país.

Comentó que los vientos levantaron los techos de varias viviendas y que hay al menos 40 casas destruidas en ese departamento, así como un buen número de personas golpeadas y heridas que tuvieron que ser llevadas a centros asistenciales.

Wood dijo no tener un número específico de albergues pero explicó que se habilitaron varios en los municipios de Puerto Lempira, Ahuas y Wampusirpi. Además confirmó que tres personas que habían sido reportadas como desaparecidas la noche del lunes fueron encontradas este martes con vida.

Por su parte, la alcaldesa de Brus Laguna, Teonela Paisano Wood, expresó a la AP que siguen trabajando en las evacuaciones en ese municipio, que se ubicó a unas 500 personas en seis albergues habilitados y se llevó a otras 900 al municipio de Ahuas.

En otras zonas de Honduras las lluvias continúan de forma intermitente y los ríos comienzan a crecer, por lo que los Comités de Emergencia Locales comenzaron a evacuar a los pobladores de las zonas consideradas de alto riesgo en las que se pueden reportar inundaciones y deslizamientos de tierra.

En la capital se evacuó de forma obligatoria a las colonias de las zonas altas y las que viven a la orilla de ríos.

Eta mató a más de 130 personas en toda Centroamérica debido a que las lluvias torrenciales provocaron inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra en partes de América Central y México.

En Nicaragua, Guillermo González, director del estatal Sistema de Atención de Desastres, dijo en un reporte preliminar que el ciclón provocó “caída de árboles, postes de luz y techos” de viviendas, iglesias y locales públicos, aunque aseguró que hasta el momento no se han reportado personas fallecidas.

González confirmó que más de 40.000 personas fueron evacuadas de sus viviendas.

En Bilwi, el empresario Adán Artola Schultz se apoyó en la entrada de su casa mientras el agua corría como un torrentes por la calle y observó con asombro cómo el viento arrancaba el techo de metal de una casa de dos pisos y la volaba como si fuera de papel.

“Es como balas”, dijo sobre el golpeteo de las estructuras de metal en el viento. “Es doble destrucción”, agregó, refiriéndose a los daños causados por Eta.

Iota es la trigésima tormenta con nombre récord de la extraordinariamente ocupada temporada de huracanes del Atlántico de este año. También es la novena que se intensifica rápidamente esta temporada, un fenómeno peligroso que ocurre cada vez con más frecuencia.

El investigador de huracanes de la Universidad Estatal de Colorado, Phil Klotzbach, dijo que Iota es el último huracán de categoría 5 registrado, superando al huracán de Cuba del 8 de noviembre de 1932.

El final oficial de la temporada de huracanes es el 30 de noviembre.

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Los periodistas de The Associated Press Marlon González en Tegucigalpa, Seth Borenstein en Bethesda, Md. y Christopher Sherman en la Ciudad de México contribuyeron a este informe.

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