Huracán Eta golpea Centroamérica causando deslaves e inundaciones

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Un equipo de televisión se prepara para realizar un reporte sobre el huracán Eta bajo una fuerte lluvia, en Tela, Honduras. 2 de noviembre, 2020. REUTERS/Jorge Cabrera
Un equipo de televisión se prepara para realizar un reporte sobre el huracán Eta bajo una fuerte lluvia, en Tela, Honduras. 2 de noviembre, 2020. REUTERS/Jorge Cabrera

Por Oswaldo Rivas

MANAGUA, 3 nov (Reuters) - El huracán Eta arrancó techos de viviendas, desató grandes inundaciones y causó deslaves de tierra mientras azotaba la costa de Nicaragua y Honduras el martes, matando al menos a tres personas y poniendo en peligro a decenas de pescadores.

Eta, una de las tormentas más poderosas que ha llegado a Centroamérica en años, impactó a Nicaragua como un huracán de categoría 4 en la escala de cinco escalones Saffir-Simpson, destrozando además carreteras y puentes en Honduras, por lo que cientos de personas fueron evacuadas.

Al llegar a la costa en el sur de Puerto Cabezas, se esperaba que Eta causara daños por "vientos catastróficos" a medida que el ojo de la tormenta se movía tierra adentro a lo largo de la costa noreste de Nicaragua, dijo el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos.

Cuando golpeó la línea costera, Eta soplaba vientos potencialmente devastadores de 225 kilómetros por hora (140 mph), dijo el NHC. La tormenta debería debilitarse rápidamente a medida que avanza tierra adentro, agregó.

A las 21.00 hora local, Eta era una tormenta de categoría 2 con vientos de 169 kph (105 mph). Atravesaba Nicaragua a unos 70 kilómetros (45 millas) al oeste-suroeste de Puerto Cabezas, moviéndose hacia el oeste a 9 kph (6 mph), dijo el NHC.

Medios de comunicación nicaragüenses informaron que dos mineros murieron en un deslizamiento de tierra. En Honduras, una niña de 13 años murió debido a un deslave en su casa, dijo el departamento de bomberos.

Mientras tanto, unos 60 pescadores quedaron atrapados y en peligro en la región oriental de la Mosquitia en Honduras, según Robin Morales, representante de la población local.

"Tenemos 60 pescadores que se quedaron en el mar a la deriva gritando auxilio", dijo Morales, y agregó que un funcionario de la Marina hondureña le dijo que era demasiado peligroso montar una operación de rescate al momento.

"Si no se rescatan, no creo que esas personas permanezcan más de 24 horas con vida", dijo Morales.

EVACUACIONES, RIESGO

La madrugada del martes, Eta derribó árboles, líneas eléctricas y causó graves inundaciones en el noreste de Nicaragua, dijo la agencia de gestión de desastres Sinapred. Pero la vicepresidenta, Rosario Murillo, dijo que el daño inicial había sido menor de lo temido.

Las regiones indígenas del norte del país son algunas de las más pobres de Nicaragua. Mucha gente vive en casas de madera y adobe que están mal equipadas para resistir una tormenta tan poderosa.

Más de 1.2 millones de personas en Nicaragua, incluidos casi 500,000 niños, estaban en riesgo por la furia de la tormenta, dijo la agencia de la ONU para la infancia, UNICEF, en un comunicado.

Nicaragua evacuó el lunes al menos a 3,000 familias, incluidos pescadores que viven en los pueblos más vulnerables.

En Honduras, los ríos se desbordaron, los pueblos y ciudades de la costa atlántica se inundaron y los deslaves de tierra afectaron las carreteras.

El pronóstico es que Eta se trasladará al norte de Nicaragua hasta el miércoles por la tarde y llegará al centro de Honduras el jueves.

Los modelos de predicción lo muestran después serpenteando hacia el Caribe sobre Cuba como una tormenta tropical hacia el final de la semana y acercándose a la punta de la península de Florida el domingo.

Las inundaciones repentinas y fluviales también son posibles en Jamaica, el sureste de México, El Salvador, el sur de Haití y las Islas Caimán, dijo el centro de huracanes con sede en Miami.

Eta es la vigésimo octava tormenta tropical nombrada de la temporada de huracanes del Atlántico de 2020, lo que marca un récord histórico establecido en 2005.

(Reporte de Ismael López, Nelson Rentería en San Salvador y Gustavo Palencia en Tegucigalpa; Escrito por Diego Oré)

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