MIAMI (AP) — En tiempos de pandemia, ninguna región del mundo escapará a la caída de las remesas que envían los trabajadores migrantes a sus países de origen, pero Latinoamérica sería una de las menos afectadas, de acuerdo con un informe difundido el jueves por el Banco Mundial.
Debido al impacto del COVID-19 en la economía, se prevé que la reducción de las remesas mundiales sea de un 14% en 2021, en comparación con los niveles previos a la pandemia en 2019. Las regiones más afectadas serían Europa y Asia Central, con un descenso del 16% para 2020 y del 8% para 2021; seguidas por el este asiático y el pacífico con una caída del 11% y el 4% respectivamente.
En América Latina, sin embargo, esa reducción sería del 0,2%, a 96.000 millones de dólares, en 2020, y del 8% en 2021.
“El impacto del COVID-19 es profundo cuando se lo ve a través de los lentes de la migración ya que afecta a los migrantes y a las familias que dependen de las remesas”, dijo Mamta Murthi, vicepresidente de Desarrollo Humano del BM.
De acuerdo con las estimaciones del BM, el flujo de remesas hacia países de bajos y medianos ingresos caería un 7%, a 508.000 millones de dólares, en 2020 ; y un 7,5%, a 480.000 millones de dólares en 2021.
Las remesas habían crecido un 7,4% a 96 millones en Latinoamérica y El Caribe en 2019 y las previsiones del retroceso eran mucho mayores a comienzos de la pandemia. En abril el mismo BM había proyectado un retroceso del 19,3% para el 2020.
“La razón por la que la caída es menor de lo que estábamos esperando es porque la economía estadounidense, en especial, donde entre el 90% al 95% de los migrantes latinoamericanos están, se recuperó parcialmente de los niveles bajos que tuvo en abril y en el segundo trimestre de 2020”, explicó Dilip Ratha, economista en jefe para temas de migración y remesas del BM, en una declaración escrita enviada a la AP.
Añadió que las previsiones también están relacionadas con el nivel empleo en Estados Unidos, que aún permanece bajo.
“La recuperación de los empleos e ingresos tomará varios años, y eso contribuye con los riesgos a la baja de que los flujos de las remesas” a la región, indicó.
Algunos países registraron un incremento de las remesas recibidas entre junio y septiembre tras haber caído en picada en abril y mayo. Entre ellos aparecen Colombia, El Salvador, y la República Dominicana, indica el informe del BM.
El flujo del dinero enviado hacia México, el país que más recibe remesas en toda la región, se mantuvo en alza debido a que los migrantes trabajaron en servicios esenciales en Estados Unidos e incluso algunos se beneficiaron de programas de estímulos otorgados por las autoridades estadounidenses, de acuerdo con el banco.
“Durante el COVID-19 mexicanos que no enviaban dinero con frecuencia comenzaron a hacerlo”, explicó a la AP Manuel Orozco, experto en remesas y director del Center for Migration and Economic Stabilization de Creative Associates International, una organización no gubernamental con sede en Washington. Dijo que cerca de un millón más de mexicanos envió remesas, además del aumento de migrantes mexicanos.
De acuerdo con algunos expertos independientes, los migrantes enviaron incluso partes de sus ahorros como remesas.
Los tres países que más remesas reciben en el mundo —México, con 39.000 millones de dólares en 2019, Pakistán con 22.000 millones, y Bangladesh con 18.000 millones— escaparon a una caída de las remesas recibidas en el segundo trimestre del año y parecen haber recibido un incremento en el tercer trimestre.
En el caso de México, un fuerte aumento en los flujos de remesas del primer trimestre de 2020 puede haber sido provocado por una depreciación del valor del peso frente al dólar, según el BM. Para los migrantes mexicanos que viven en Estados Unidos, un peso más débil fue un incentivo para mandar más dinero y aprovechar los precios más bajos de los bienes en su país de origen.
Más del 90% de los migrantes mexicanos están en Estados Unidos, y muchos de los que tienen un estatus legal o permiso de trabajo pudieron acceder a protecciones sociales ofrecidas por el gobierno. Sin embargo, un mercado laboral debilitado en Estados Unidos —con una caída de cinco millones de puestos para hispanos en abril— probablemente reduzca el envío de las remesas en los próximos meses, estimó en BM.
Muchos de los mexicanos y centroamericanos que viven en Estados Unidos carecen de estatus legal y no han podido acceder a protecciones y planes de estímulos gubernamentales.
España es otro de los países receptores de migrantes latinoamericanos y dado que está experimentando una segunda ola de la pandemia, se prevé que la ya debilitada situación económica afecte el envío de remesas a países como Argentina, Bolivia, Ecuador, Colombia, Paraguay, y Perú.
También se verán afectadas las remesas enviadas desde Italia, indica el banco.