PANAMÁ (AP) — Las autoridades culturales del segundo grupo indígena más numeroso en Panamá y de fuerte atractivo turístico prohibieron el uso de mascarillas entre sus comunidades argumentando que “no es costumbre de nuestro pueblo” y a pesar que enfrentan un rebrote del coronavirus.
El Congreso General de la Cultura Guna acordó esa medida que aplica para los pobladores, funcionarios y visitantes en la comarca de la etnia Guna Yala. Además, determinó suprimir los comités de salud comunitarios de COVID-19 y levantar la cuarentena en ese territorio.
La medida, que instruye también que las mascarillas no sean obligatorias en las rústicas y apartadas escuelas de la comarca, es la primera que surge entre los pueblos indígenas de Panamá, a cuya condición histórica de pobreza se sumó la pandemia.
La disposición, empero, está en veremos. Las autoridades señalan que no le compete al Congreso General de la Cultura Guna dictar medidas de salud pública y que en todo caso es el Congreso General de la comarca —considerado el órgano político y administrativo— el que debe atender esos asuntos a pedido de las comunidades.
El viceministro de Asuntos Indígenas, Ausencio Palacio, dijo que tampoco el Congreso General tiene en toda caso esa facultad, sino el Ministerio de Salud.
“Para mí ha sido un error aprobar esa resolución”, señaló a The Associated Press Palacio, quien es de la etnia Ngabe Buglé —la más poblada del país— y se recupera de coronavirus. Señaló que pidió una reunión entre los dos congresos de la Comarca Guna para que evalúen la medida y que tentativamente se celebraría a inicios de noviembre.
“En términos generales toda la población originaria del país ha estado siguiendo las indicaciones”, del Ministerio de Salud, aseguró. “La población originaria antes de que ocurriera el COVID-19 ha estado practicando la cuarentena, el cerco (sanitario)”.
Guna Yala, con decenas de comunidades y centenares de pequeñas islas en el Caribe de Panamá, cuenta con 34.000 pobladores. Es una de las cinco comarcas del país más golpeadas por la pandemia y hasta el lunes registraba un acumulado de 967 contagios y 36 defunciones, aparte de los “muchos” casos de gunas infectados en otras partes del país, dijo a la AP la directora regional de Salud en esa zona originaria, la doctora Wagayoguna Díaz.
El lunes se reportaron 35 casos nuevos en esa comarca, 29 de ellos en un solo corregimiento —Narganá— detalló Díaz, quien aboga por un diálogo entre los líderes de la comarca, adonde se cree arribó temprano el virus llevado por visitantes a las playas. Panamá contabiliza más de 129.000 contagios y más de 2.600 muertos.
Palacio, un profesor de español de 56 años y quien estuvo casi un mes hospitalizado por COVID-19, dijo que la resolución probablemente es impulsada por el malestar entre los indígenas debido a que las autoridades médicas convencionales no reconocen la medicina botánica o ancestral de los originarios para tratar la enfermedad.
“Eso ha dejado un sinsabor porque hay muchos pacientes que se curaron utilizando medicina botánica”, aseguró.