Al menos siete personas murieron y 50 resultaron heridas por el estallido de una bomba este martes en una escuela coránica (madrasa) en Peshawar, en el noroeste de Pakistán, según fuentes policiales.
"La explosión se produjo durante la enseñanza del Corán. Alguien trajo una bolsa (bomba) al interior del seminario religioso", declaró a AFP Waqar Azim, oficial de policía.
La persona que colocó la bomba salió antes de la explosión, añadió.
El sermón estaba siendo retransmitido en directo en Facebook. En las imágenes se ve a un religioso, vestido de blanco con un turbante, explicando un fragmento del Corán en pastún y en árabe, cuando se produjo una violenta deflagración y la gente empezó a gritar.
El balance provisorio es de siete muertos y 50 heridos, indicó a la AFP Mohammad Ali Gandapur, otro responsable policial.
Por su parte, Mohammad Asim Khan, portavoz de un hospital local, dijo que el establecimiento había recibido siete cuerpos y 70 heridos.
Los fallecidos tenían entre 20 y 40 años y entre los heridos hay niños, agesregó.
Consultado por la AFP, Kamran Bangash, el portavoz del gobierno de la provincia de Jaiber Pastunjuá, cuya capital es Peshawar, declaró por su parte que había ocho muertos y 124 heridos, 10 de ellos en "estado crítico".
Safiulá Khan, profesor, explicó a la AFP que en la escuela hay actualmente más de 1.000 estudiantes y que el centro tiene dos secciones, una para adultos y otra para niños.
La fuerte explosión, que pudo oírse en muchos barrios de Peshawar, ocurrió "en la parte donde los estudiantes tienen más de 18 años", precisó el docente. Pero un muro se derrumbó y es lo que causó las heridas entre los menores, agregó.
"Quiero garantizar a mi nación que haremos todo lo posible para que los terroristas responsables de este ataque salvaje y cobarde comparezcan ante la justicia lo antes posible", reaccionó el primer ministro Imran Khan.
Por el momento ningún grupo ha reivindicado la autoría del atentado.
El ataque se produce después de meses de relativa calma en Pakistán, y sobre todo en Peshawar, otrora devastada por atentados diarios, pero donde la seguridad ha mejorado considerablemente.
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