Los chilenos aprobaron el domingo derogar la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) con un voto abrumador para iniciar un proceso constituyente, que fue festejado en masa en las calles de todo el país.
Tras conocerse los primeros resultados apuntando a un claro triunfo del Apruebo, el centro de Santiago se convirtió en una caravana de autos a bocinazos, mientras en Plaza Italia, eje de las manifestaciones desde octubre de 2019, era una fiesta multitudinaria.
"Oh, Chile despertó, Chile despertó", gritaron las miles de personas para festejar la victoria por un 78,2% de la opción "Apruebo" al cambio constitucional, versus el 21,2% que obtuvo el "Rechazo", escrutado el 98,05% de las mesas. De un padrón electoral de 14,7 millones de personas, votó poco más del 50%, en un país donde el sufragio es voluntario.
"Ni de joven pensé que en Chile seríamos capaces de unirnos para semejante cambio (...) Nunca vi tanta gente votando y con ganas de votar, de querer participar", dijo a la AFP María Isabel Ñúñez, de 46 años, ejecutiva de ventas de un banco, quien caminaba de la mano junto a su hija de 20 por la céntrica plaza de Santiago, epicentro de las manifestaciones que estallaron hace un año en Chile.
"Hoy empieza algo nuevo; capaz no es todo rápido pero todo lo que hemos sufrido este año y los años que ha costado sacarse de encima las injusticias que se armaron en dictadura. Todo lo que se haga de ahora en adelante será histórico", afirmó de su lado su hija, Orietta Herraz, quien votó por primera vez en su vida en este plebiscito.
Una manada de gente llegó a este lugar desde todas partes de la capital un poco antes de que se conocieran los resultados oficiales, y tras aislados incidentes con la Policía, estalló la fiesta popular, llena de banderas, luces, fuegos artificiales, y una emoción desbordada.
Al interior del palacio de gobierno, fuertemente custodiado por la Policía, el presidente Sebastián Piñera -que se mostró neutral frente a este referéndum- pidió a los chilenos que la nueva Constitución sea un marco de "unidad" para el futuro.
"Hasta ahora la Constitución nos ha dividido. A partir de hoy, todos debemos colaborar para que la nueva Constitución sea el gran marco de unidad, de estabilidad y de futuro", dijo el mandatario, escoltado por todo su gabinete de ministros.
- Conscientes que no hay magia -
Más de 14,7 millones de chilenos estaban llamados a votar. Con mascarillas y la esperanza de un cambio, se observaron largas filas durante la mayor parte del día en los centros de votación, donde el proceso transcurrió sin incidentes y con los resguardos sanitarios para evitar contagios de coronarivus.
En el plebiscito, los chilenos también optaron mayoritariamente, con un 79% de los votos, por una Convención Constituyente integrada 100% por miembros escogidos popularmente, para redactar la nueva Constitución. La otra alternativa era una Convención Mixta, en la que también participaban parlamentarios en ejercicio.
"No va a ser mágico de la noche a la mañana, pero lo que pase ahora tiene que ver con el aporte de todos nosotros", dijo a la AFP el ingeniero Sebastián Llanta, antes de irse a bailar al ritmo de "Quieren dinero" (1986), una canción-protesta de Los Prisioneros que se hizo popular en plena dictadura.
"Hay un triunfo categórico por el Apruebo y nosotros tenemos que ponernos inmediatamente a trabajar para poder elegir los mejores constituyentes", dijo Jacqueline van Rysselberghe, presidenta del oficialista partido Unión Demócrata Independiente (UDI), el más grande del país y el único que apoyó por completo la opción Rechazo.
- Una gesta de la calle -
El plebiscito del domingo, inicialmente programado para abril pero pospuesto por la pandemia, fue decidido tras un amplio acuerdo político alcanzado en noviembre del año pasado, casi un mes después del inicio, el 18 de octubre de 2019, de las protestas sociales y enfrentamientos violentos con la Policía tras el alza en la tarifa del Metro de Santiago.
La elección y celebración popular se realiza justo un año después de que tuviera lugar, el 25 de octubre de 2019, la mayor marcha realizada en democracia.
Ese día más de 1,2 millones de personas se reunieron en torno a la Plaza Italia, en una demostración de la profundidad y amplitud del descontento social acumulado en décadas en un país considerado un modelo de crecimiento económico y estabilidad en América Latina.
"Hemos esperado mucho más de un año (por esto), es un evento histórico en nuestro país", dijo a la AFP a primera hora un emocionado Elías Pérez, psicólogo de 39 años, que votó en el Estadio Nacional de Santiago, lugar emblemático en la historia chilena convertido para esta jornada en el centro de votación más grande del país.
Para un amplio sector de la población, la Constitución de 1980 es la madre de las desigualdades de Chile. Si bien la Carta Magna no establece la privatización de sectores básicos, como la salud o la educación, fomenta la participación de los entes privados y reduce el tamaño del Estado.
Pero para los detractores del proceso, un cambio a la Constitución minará la salud de la economía y el desarrollo social de Chile.
El próximo 11 de abril, los chilenos deberán volver a las urnas para elegir a los constituyentes que redactarán en un plazo de hasta un año la nueva Constitución de Chile
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