ALMERE, Holanda (AP) — Un helicóptero de color amarillo brillante se elevó el viernes hacia el cielo azul para transportar a un paciente con COVID-19 desde Holanda a una unidad alemana de cuidados intensivos, el primer vuelo internacional de ese tipo desde que la pandemia amenazó con saturar los hospitales holandeses en la primavera boreal.
El estrépito de las hélices de la aeronave al despegar desde un estacionamiento atrás de un hospital, a 30 kilómetros (20 millas) al este de Ámsterdam, fue un ruidoso recordatorio de cómo el coronavirus está apoderándose de Europa una vez más y generando tensión en sistemas de salud que pasaron apuros por falta de equipo y personal durante la primera ola de la pandemia.
En otras partes del continente, será la ausencia de ruido la que evoque el resurgimiento del virus. Más de dos terceras partes de la gente que vive en Francia está sujeta a un toque de queda nocturno a partir del viernes a la medianoche, horas después de que las autoridades de salud anunciaron que el país había superado el millón de casos confirmados desde que comenzó la pandemia, al igual que España.
“La epidemia está acelerándose con mucha fuerza", dijo el presidente francés Emmanuel Macron tras visitar un hospital cerca de París.
Francia se convirtió en el segundo país en Europa occidental y el séptimo del mundo en alcanzar esa cifra de infecciones confirmadas luego de reportar 42.032 nuevos casos en un día. De los 445.000 casos confirmados que la Organización Mundial de la Salud ha registrado en las últimas 24 horas, casi la mitad se dieron en Europa, dijo Maria Van Kerkhove, directora técnica de la OMS para el COVID-19.
Los expertos dicen que las cifras reales de infecciones probablemente son mucho más elevadas que las que están reportando los gobiernos debido a que no se aplicaron pruebas en forma generalizada cuando comenzó la pandemia y al hecho de que algunas personas no desarrollan síntomas. El director general de la OMS Tedros Adhanom Ghebreyesu advirtió el viernes que los países del hemisferio norte están en una “coyuntura crucial” en la que siguen aumentando los casos y las muertes.
“Los próximos meses van a ser muy difíciles, y algunos países se encuentran en una trayectoria peligrosa", dijo Tedros en una conferencia de prensa desde Ginebra.
Los toques de queda para refrenar la vida nocturna y otras situaciones en las que el virus puede propagarse son algunas de las medidas cada vez más drásticas que las naciones europeas están implementando para reducir la velocidad en que están ocurriendo los contagios del coronavirus. El toque de queda de 9 p.m. a 6 a.m., vigente durante al menos seis semanas en 38 regiones de Francia, está siendo aplicado luego de que el gobierno impusiera las mismas restricciones en París y otras ciudades francesas la semana pasada.
Con la ampliación de la medida, 46 millones de los 67 millones de habitantes de Francia estarán sujetos a toques de queda que les prohíben salir a la calle durante esas horas excepto por ciertas razones, tales como pasear un perro, ir al trabajo o volver de él, y tomar un tren o un vuelo.
En Italia, donde los gobernadores de las tres regiones que incluyen a Roma, Milán y Nápoles ordenaron toques de queda nocturnos esta semana, la capital tomó medidas para limitar aún más las horas de vida nocturna para los jóvenes, que tienden a estar de juerga durante horas en plazas de moda y sin mascarillas mientras beben cocteles y cervezas.
La alcaldesa Virginia Raggi, del Movimiento 5 Estrellas, promulgó una ordenanza vigente hasta el 13 de noviembre que prohíbe el ingreso, a partir de las 9 p.m., a varios lugares de reunión altamente populares para beber. La enérgica medida abarca sitios históricos donde se congrega gente, incluyendo el Campo de’ Fiori, una amplia plaza en el corazón de Roma que durante el día también es un mercado de alimentos al aire libre, y la Piazza Trilussa, ubicada cerca del río Tíber, que en la noche suele estar llena de bebedores escandalosos.