BRUSELAS (AP) — Los líderes de la Unión Europea siguen divididos sobre un objetivo más ambicioso para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y no llegarán a un acuerdo en la cumbre que arrancó el jueves.
Según un borrador del encuentro visto por The Associated Press, los líderes en esta cumbre solo comenzarán a discutir una propuesta para reducir las emisiones en al menos un 55% para 2030 en comparación con los niveles de 1990, según lo presentado por la Comisión Europea, el brazo ejecutivo del bloque.
La propuesta se compara con el objetivo actual de una reducción del 40% para 2030.
El objetivo es llegar a un acuerdo en diciembre antes de la aprobación de la primera ley climática europea.
Al proponer un objetivo de reducción de al menos el 55% para 2030, la presidenta de la comisión, Ursula von der Leyen, pronosticó en septiembre que el nuevo objetivo sería “demasiado para algunos e insuficiente para otros”.
Hasta ahora, los recortes han sido un poco más del 20% en los últimos 30 años. Reducir las emisiones en otro 20% o incluso en un 35% en la próxima década representa un gran desafío para muchos países.
Con el apoyo de Alemania, el objetivo revisado de Von der Leyen debe ser respaldado por los 27 estados miembros de la UE para que sea legalmente vinculante. El miércoles, un grupo de 11 países, entre ellos Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Irlanda, Letonia, Luxemburgo, Holanda, Portugal, España y Suecia apoyaron el plan de Von der Leyen en una declaración conjunta publicada antes de la cumbre en Bruselas.
“Como Unión, demos una respuesta sólida y creíble a la crisis climática y aumentemos nuestro objetivo climático para 2030 al menos en un 55%, lo que nos llevará a la neutralidad climática para 2050″, dijeron en el comunicado.
Pero funcionarios dijeron que no hay acuerdo en todo el bloque.
Si bien el Parlamento Europeo presiona por una reducción aún mayor del 60% en las emisiones, algunos países del este de la UE que dependen del carbón para gran parte de sus necesidades energéticas son menos entusiastas. Les preocupan los costos sociales, ambientales y económicos de la transición hacia una economía más verde. El año pasado, Polonia no se comprometió con el objetivo de neutralidad climática de la UE para 2050 y está pidiendo más detalles sobre las medidas.