Sídney (Australia), 13 oct (EFE).- El Gobierno de Australia ha pedido a China que aclare si ha implementado una restricción a la importación de carbón australiano, un intercambio valorado en 10.000 millones de dólares al año (8.500 millones de euros).
El ministro australiano de Comercio, Simon Birmingham, dijo este martes que ha preguntado mediante canales diplomáticos si Pekín ha ordenado a sus compañías dejar de comprar carbón australiano, en un capítulo más de las tensiones diplomáticas entre ambos países.
"Hemos mantenido conversaciones con la industria australiana y estamos consultando a las autoridades chinas sobre las especulaciones" sobre un veto encubierto al carbón del país oceánico, declaró el ministro al canal Sky News.
La semana pasada, los medios especializados S&P Global Platts y Argus Media publicaron que las autoridades chinas dieron órdenes a las empresas energéticas estatales, entre otras del sector, de cesar la importación de carbón australiano.
No es la primera vez que China suspende las exportaciones de carbón de Australia, el mayor exportador del mundo de este insumo, pero el gobierno espera que el gigante asiático honre el Acuerdo de Libre Comercio bilateral, apuntó el ministro australiano en la cadena de televisión pública ABC.
Durante este año, China ha impuesto aranceles a la cebada australiana, al considerar que está subsidiada, y suspendió las importaciones de carne australiana.
Estas medidas comerciales por parte de China han sido interpretadas como una represalia contra Australia después de que el país oceánico impulsara una investigación internacional sobre el origen de la pandemia de la COVID-19, la cual fue respaldada anoche en la Asamblea Mundial de la Salud, máximo organismo de la OMS.
China es el principal socio comercial de Australia, con un intercambio bilateral de 235.000 millones de dólares australianos (153.591 millones dólares estadounidenses o 141.615 millones de euros) en el año financiero 2018-19, lo que representa un incremento del 20,5 % con respecto al período anterior.
La relación bilateral entre ambos países se ha ido deteriorando por cuestiones como la militarización del gigante asiático o la aprobación en Australia de leyes contra la injerencia y el espionaje extranjero, tras denuncias de donaciones chinas a políticos y ciberataques contra organismos del Estado y universidades atribuidos a Pekín.