Millones de africanos occidentales están llamados a las urnas para elegir presidente de aquí a finales de 2020, ante la inquieta mirada de los defensores de la democracia que se alarman de un retroceso en una parte del continente considerada antes como pionera en la materia.
"Los tiempos son difíciles para nosotros, observadores de la democracia en la subregión", explica Kojo Asante, un responsable del centro de investigación Ghana Center For Democratic Development.
Ghana votará el 7 de diciembre. Guineanos, marfileños, burkineses y nigerianos acudirán también a las urnas antes de final de año.
Tras varias sucesiones pacíficas, Ghana es considerado un ejemplo, pero en otros lugares, el panorama es mucho más sombrío, en especial con el golpe de Estado en Malí que derrocó al presidente Ibrhaim Bubakar Keita el 18 de agosto, sin derramamiento de sangre.
Esta práctica, que con maneras más brutales se extendió en la segunda mitad del siglo XX tras las independencias, dio paso a golpes de Estado "mucho más sofisticados, más limpios y cosméticos", explica el centro de estudios Afrikajom en un reciente informe: "golpes de Estado electorales" o "golpes de Estado constitucionales", dirigidos sin armas, pero mediante el fraude o las revisiones de la ley fundamental.
Pero también, represiones, arrestos, "con respecto a los derechos humanos, el retroceso está por todas partes", lamenta el Afrikajom.
En Guinea y en Costa de Marfil, los presidentes salientes se amparan en un cambio de Constitución para bregar un tercer mandato, provocando protestas que dejaron numerosos muertos y añadiendo su nombre a la lista de dirigentes que desde 2000 sometieron la ley fundamental a sus ambiciones.
- Desilusión democrática -
Por el contrario, en Níger, el presidente Mahamadou Issoufou ha sido alabado por su decisión de no volver a presentarse el 22 de noviembre, tras dos mandatos.
Pero en países como Burkina, Nigeria y Malí, la propagación de ataques yihadistas y violencia intercomunitaria alarman a los defensores de los derechos humanos y la comunidad internacional.
Los recientes logros en Liberia y en Sierra Leona tras las guerras civiles hasta principios de los años 2000, en Gambia o en Guinea-Bisáu, son frágiles. Y en Senegal, el presidente Macky Sall no ha acallado los rumores sobre un tercer mandato.
"Se observa en varios aspectos un retroceso democrático en África Occidental", alerta Mathias Hounkpé, politólogo para la fundación Open Society en África Occidental (OSIWA).
"En los países francófonos, particularmente, se observa un endurecimiento de los textos que enmarcan la creación de partidos, ser candidato a las elecciones es cada vez más difícil, como en Costa de Marfil o en Benín", lamenta.
Alan Doss, exalto responsable de la ONU en diferentes países africanos, revela para el Africa Center for Strategic Studies un "desencanto democrático", que surge ante las promesas electorales incumplidas, la presistente corrupción, la impunidad y la mala forma de gobernar.
Las razones son múltiples: dificultades económicas, presión demográfica, fallo de los contrapoderes institucionales, pérdida de influencia de los mediadores tradicionales, crisis de multilateralismo, debilitamiento de los modelos estadounidense o británico y auge de países como China o Turquía.
Las grandes instituciones regionales, la Comunidad de Estados de África Occidental (Cedeao) y la Unión Africana (UA), "deberían desempeñar un papel mucho más importante, un rol de mediación", aboga Arsène Brice Bado, del Centro de Investigación y de Acción para la Paz de Abiyán.
- Motivos de esperanza -
La Cedeao no opuso resistencia a las artimañas de los presidentes guineano y marfileño y su insistencia en el retorno del orden constitucional en Malí, contra el apoyo popular a los golpistas, fue denunciado como un deseo de perpetuar sistemas desacreditados.
"Es extraordinario que yo, que luché durante 45 años [contra los regímenes autoritarios guineanos], sea considerado como un dictador antidemócrata", se indignaba recientemente el presidente guineano Alpha Condé. "¿Cómo se puede decir 'golpe de Estado' cuando la nueva Constitución fue adoptada por referéndum?", preguntaba en Radio France International.
En la otra cara de la moneda, algunos mencionan el traspaso de poder esperado en Níger, por primera vez en mucho tiempo.
África Occidental contrasta con África central que, con Camerún, Guinea Ecuatorial y República del Congo, concentra el récord mundial de longevidad presidencial en ejercicio.
Los defensores de los derechos humanos celebran el surgimiento de movimientos ciudadanos y los esfuerzos de emancipación de los jóvenes o las mujeres.
"El solo hecho de que haya elecciones y que las partes interesadas [en particular de oposición] quieran que se apliquen las reglas y actuar según las reglas, es un motivo de esperanza", señala Samuel Darkwa, un responsable del Institue of Economic Affairs, en Ghana.
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