París, 9 oct (EFE).- El economista francés Thomas Piketty advirtió este viernes de que las políticas monetarias de los grandes bancos centrales para hacer frente a la crisis del coronavirus, al incentivar el crédito para inversiones financieras, pueden acabar agravando todavía más las desigualdades sociales.
Piketty, que participó en una conferencia de la OCDE sobre las emergencias planetarias, hizo notar que con la creación masiva de deuda para afrontar las medidas con el fin de hacer frente a la COVID-19, la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo (BCE) están contribuyendo a que buena parte de ese dinero acabe en los mercados financieros.
Con el precio del dinero tan bajo, según su análisis, son las franjas de población más favorecidas las que más pueden tomar prestado dinero para invertirlo en productos financieros.
A la larga, eso acrecentará su poder económico frente a otras capas de la sociedad que no están en condiciones de sacar el mismo partido de la situación.
A su parecer, la creación monetaria en la que se han embarcado de forma masiva la Reserva Federal y el BCE debería estar orientada a la reducción de las desigualdades.
Piketty, conocido en particular por sus estudios sobre la distribución desigual del capital, se quejó de que en los últimos diez años ha disminuido la transparencia sobre la distribución de los ingresos en muchos países desarrollados (en parte por reformas fiscales) y eso dificulta el estudio y la medida de esas desigualdades.
Otra economista francesa, la premio nobel Esther Duflo, consideró que una de las enseñanzas de esta crisis del coronavirus, con su dimensión global y multifactorial, tiene que ser la necesidad de convertir en urgencia planetaria la lucha contra el cambio climático.
Para Duflo, esa urgencia tiene que ir de la mano de una política social adecuada para que las acciones contra el cambio climático sean aceptadas por la población.
La nobel de Economía en 2019 recordó la previsión del Banco Mundial de que a causa de la crisis de la COVID-19 el número de personas en pobreza extrema en el mundo se incrementará en 150 millones para 2021.
A su juicio, los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) tienen "una gran responsabilidad" para impedir que eso ocurra.
La conferencia, abierta por el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, pretende servir de reflexión sobre las crisis sistémicas a las que se enfrenta el mundo a partir de la experiencia de lo ocurrido con el coronavirus.