LOS ÁNGELES (AP) — Un afroestadounidense muerto a tiros por agentes del sheriff del condado Los Ángeles fue herido 16 veces de frente y por la espalda, según una autopsia en la que no se aclara si él estaba en el suelo cuando lo balearon.
Dijon Kizzee, de 29 años, fue impactado por cuatro “heridas que rápidamente lo pusieron en peligro de muerte” en el corazón, pulmones, hígado y riñón izquierdo, de acuerdo con el informe de la autopsia facilitado el viernes a The Associated Press. La autopsia se efectuó el 2 de septiembre.
Tres de los disparos dieron en su pecho y uno en la parte superior central de su espalda, se indicó en el documento, que atribuyó la muerte a múltiples heridas de bala y la consideró un homicidio de la policía.
El afroestadounidense también tenía raspaduras en la cara, hombros y otras partes, se indicó en el informe.
El documento no precisó el orden en el que sucedieron las heridas y subrayó que la autopsia no indica necesariamente la posición del cuerpo de Kizzee cuando lo balearon.
Los abogados de la familia dijeron que los testigos relataron los disparos que se hicieron contra Kizee cuando se encontraba en el suelo.
Kizzee fue muerto el 31 de agosto en el sur de Los Ángeles después de que los agentes del sheriff intentaran detenerlo por circular en bicicleta en sentido contrario. Los agentes dijeron desconocer que él portaba un arma envuelta en tela.
Dos agentes dijeron a investigadores que abatieron a Kizzee porque levantó el arma que había dejado caer durante un forcejeo con uno de ellos. En un video se ve al afroestadounidense encorvado, pero un muro impide una vista completa. Ningún arma pudo verse en el video, aunque la policía dijo haber encontrado una pistola en el lugar.
Sin embargo, los abogados de la familia aseguran que Kizzee no sostenía el arma cuando fue baleado.
Kizzee “no representaba una amenaza” a los agentes que le dispararon un total de 19 ocasiones, dijo el mes pasado el abogado de derechos civiles Benjamin Crump en conferencia de prensa.
Un mensaje dirigido el viernes a la oficina de Crump no fue atendido de momento en busca de declaraciones sobre el asunto.
Los agentes dispararon tres o cuatro veces contra el afroestadounidense, hubo una pausa, y le hicieron una segunda descarga cuando estaba en el suelo, dijeron testigos citados por Carlo Douglas, otro abogado de derechos civiles que representa a la familia de Kizzee.