La abogada iraní Nasrin Sotoudeh, que defiende los derechos humanos en su país, puso fin a más de 45 días de huelga de hambre debido a problemas de salud, anunció el sábado su marido.
"Hablamos muy brevemente esta mañana. Decidió romper su huelga de hambre por miedo a exacerbar su enfermedad cardíaca", informó por teléfono a la AFP su marido, Reza Khandan.
Khandan había anunciado en las redes sociales que Sotoudeh, de 57 años, había iniciado una huelga de hambre el 11 de agosto para denunciar las condiciones de encarcelamiento de los presos políticos detenidos por motivos "inverosímiles", y su horizonte judicial poco claro.
"Su cuerpo ya no era capaz de continuar la huelga, después de más de 45 días sin alimentarse", precisó su marido el sábado.
Sotoudeh fue hospitalizada después de verse "gravemente debilitada" por la huelga de hambre, anunció Reza Khandan el 19 de septiembre. Fue devuelta el miércoles a la cárcel "sin ninguna intervención médica" tras cinco días de hospitalización, lamentó.
Galardonada en 2012 con el Premio Sájarov del parlamento europeo, fue condenada en 2019 a 12 años de prisión por defender a una mujer detenida por manifestar contra la obligación de las mujeres iraníes de llevar velo.
"A causa de sus problemas cardíacos, esperaba que la trasladaran al menos a la clínica de la prisión", añadió Khandan, para quien el regreso de su esposa a la cárcel, sin atención médica, "no tiene otro sentido que poner su vida en peligro".
Sotoudeh está encarcelada en la prisión de Evine, en Teherán, junto con otros presos políticos, entre ellos la investigadora francesa Fariba Adelkhah.
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