PARÍS (AP) — Con una sola semana de diferencia entre el final de un evento y el inicio del otro, el Tour de Francia y Roland Garros se estaban convirtiendo en un programa doble de entretenimiento deportivo, con público en las jornadas usando mascarillas, que confirmaría los argumentos del presidente Emmanuel Macron de que el país es capaz de convivir con el coronavirus.
Sin embargo, el virus no comparte esa idea.
Mientras que el Tour llegó a París el domingo pasado tras haber recorrido el país exitosamente durante tres semanas en plena etapa de exacerbación de contagios a nivel nacional sin que ninguno de sus 176 competidores diera positivo, el Abierto de Francia no corre con tanta suerte respecto al momento en que se disputará.
El inicio de los partidos está programado para el domingo, pero ante el incremento de casos de COVID-19 en todo Francia, los planes de los organizadores de contar con miles de espectadores en la sede diariamente para vitorear a Rafael Nadal, Simona Halep y otras de sus estrellas han sido reducidos drásticamente para permitir tan solo 1.000 aficionados por día.
“No es la situación ideal. A nadie le gusta jugar bajo tales condiciones, ¿no?”, preguntó Nadal, 12 veces campeón del Abierto de Francia, el viernes sobre la presencia de tan pocos aficionados. “Todos desean regresar a la situación normal. Pero antes, necesitamos resolver lo más importante, y eso es la salud a nivel mundial que hoy en día sigue estando en serios problemas”.
El domingo pasado, el director del torneo, Guy Forget, había mostrado buen ánimo en la televisión francesa acompañado por el director del Tour, que lucía exhausto tras haber dado positivo en coronavirus durante el periodo de la carrera y no había estado seguro de poder llegar a París. Forget lo felicitó por la gira ciclista que atrajo a una cantidad menor pero aún así considerable de aficionados entusiastas, y se dijo listo para recibir a unos 5.000 espectadores por día en Roland Garros. A pesar de que fueron pospuestos de sus periodos usuales en mayo, junio y julio, ambos eventos decidieron no cancelar , a diferencia de muchos otros al tiempo que el virus se propaga en todo el mundo.
“Gracias al Tour, gracias al tenis, los deportes se reanudan nuevamente”, afirmó Forget. “Queremos vivir bellas emociones.
“Si son 5.000 espectadores, eso es mejor que ninguno”, agregó. “Vemos el vaso medio lleno”.
Y ahora luce menos lleno.
El jueves, horas después de que el torneo de tenis realizara el sorteo de partidos respetando el distanciamiento social, sin la presencia de jugadores, el primer ministro francés anunció que los límites en la cantidad de personas congregadas establecidos esta semana para Paris y otras ciudades también deberán acatarse en Roland Garros.
Su oficina confirmó el viernes que tan solo 1.000 espectadores podrán ingresar por día. Hace tres semanas, el torneo todavía estaba planeado para 11.500 aficionados distribuidos entre las arenas Philippe Chatrier, Suzanne Lenglen y Simonne Mathieu. Esa cifra fue reducida la semana pasada a 5.000 y ahora a 1.000.
Los boletos serán reembolsados “con cierta tristeza porque estamos convencidos de que habríamos podido recibir a las 5.000 personas en cuestión que habían sido consideradas”, declaró Forget el viernes en entrevista con Franceinfo radio.
“Es un golpe un tanto duro”, agregó. “Desafortunadamente, así son las cosas”.
France reportó más de 16.000 nuevos contagios tan solo el jueves, una nueva cifra máxima diaria, en parte debido al incremento en la realización de pruebas. La hospitalización de una mayor cantidad de pacientes contagiados está incrementando la presión para las unidades de cuidados intensivos de los hospitales.