El año pasado, Kamaru Usman se convirtió en el primer luchador de las Artes Marciales Mixtas (MMA) de origen africano en ganar un título mundial UFC y ha servido de ejemplo a toda una generación de luchadores de su continente.
En marzo de 2019, este luchador nacido en Nigeria hace 33 años ganó el cinturón de peso welter UFC por decisión unánime contra el estadounidense Tyron Woodley. Ha defendido su corona desde entonces en dos ocasiones, con una victoria por KO contra el estadounidense Colby Covington el pasado diciembre y con un triunfo por decisión unánime a los puntos ante el también estadounidense Jorge Masvidal en julio.
Según Kamaru Usman, esto es simplemente el principio, teniendo en cuenta el nivel de los luchadores africanos que han firmado por el UFC (Ultimate Fighting Championship), el organizador de combates en Las Vegas: "Hay muchos talentos que vienen de África".
En octubre de 2019, el neozelandés de origen nigeriano Israel Adesanya ganó el cinturón de los pesos medios al eliminar al australiano Robert Whittaker. Se presentará de nuevo el 26 de septiembre para defender su título contra el brasileño Paulo Costa. Un combate que será, según numerosos expertos, el más destacado del año.
En la categoría de pesos pesados del UFC, el aspirante número uno es el camerunés residente en Francia Francis Ngannou, que debería enfrentarse pronto al defensor del título, el estadounidense Stipe Miocic. Por su parte, el nigeriano-estadounidense Sodiq Yusuff en los pesos ligeros y el ghanés Abdul Razak Alhassan en los welters son considerados como serios competidores en sus respectivas categorías.
"Cuando veo a estos chicos tenemos un sentido de la camaradería inexplicable", afirma Usman a la AFP.
- Campeón universitario -
En los dieciséis últimos meses, Kamaru Usman ha vivido momentos importantes.
Además del título welter se reencontró en febrero con su padre, Muhamed Nasiru Usman, que cumplió diez años de prisión en Estados Unidos tras su condena en 2010 por una serie de acusaciones de fraude en el sector de la salud.
"Como muchacho africano, es necesario superarse por tus padres. Es algo que me pasó cuando fue reconocido a nivel nacional. Buscaba su aprobación y ya no podía estar con mi padre. Eso me ha dolido durante años. Pero siempre hemos estado próximos y ha seguido siendo así", afirmó.
El padre de Kamaru Usman, un exsoldado, dejó a su familia en Nigeria en 1989 para construir las bases de una nueva vida en Estados Unidos, cuenta Usman, que tenía entonces dos años y que se trasladó años después a Estados Unidos.
Para el luchador, su padre es "una fuente inspiración diaria" por su determinación para ir a otro país con el deseo de dar a su familia una vida mejor.
Usman, que destacó como luchador en su instituto de Texas y que fue tres veces campeón nacional en la Universidad de Nebraska, dice que el deporte le permitió ganar autoestima y consideración.
"Comprendí que no solo era un muchacho nigeriano. Sino que era un luchador que vino de Nigeria", afirmó.
Usman tenía previsto regresar a Nigeria en un viaje con una fundación para colaborar en el desarrollo de pueblos pobres, pero ese viaje tuvo que ser anulado por la pandemia.
"Tienes una responsabilidad cuando los niños ven lo que has conseguido. Lo mejor de este deporte es que no importa la cara o la raza (...) Puedes venir de un pequeño pueblo de África como de China, eso no tiene importancia", asegura.
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