Trabajadores sexuales marcharon este lunes en la capital argentina para denunciar violencia policial y reclamar la reapertura de moteles, una de las actividades alcanzada por las restricciones para frenar la pandemia.
"¡Queremos trabajar!", gritaban decenas de manifestantes, la mayoría del colectivo trans que protestaron a las puertas del ministerio de Justicia al denunciar que los trabajadores sexuales son víctimas de "arrestos arbitrarios".
En un comunicado, la Asociación de Mujeres Meretrices Argentinas (AMMAR) explicó que "la crisis económica y la falta de apoyos estatales ha llevado a muchas trabajadoras sexuales a ofrecer servicios sexuales en la vía pública", lo que las expone a arrestos.
"El sector se ha visto drásticamente afectado porque no tiene posibilidad de generar ingresos y hoy se encuentra en una situación de extrema vulnerabilidad", afirmó el coletivo.
Argentina está bajo medidas sanitarias de restricción de actividades desde el 20 de marzo. Lleva acumulados más de 600.000 casos y unos 13.000 muertos.
"Las trabajadoras sexuales que deciden ofertar servicios para enfrentar la crisis económica se arriesgan a operativos policiales en los que les labran actas contravencionales y las detienen arbitrariamente", denunció AMMAR.
"El cierre de albergues transitorios (moteles) también nos expone a mayor vulnerabilidad al tener que ir a trabajar a domicilios particulares", explicaron.
Desde ANMAR la organización creó un fondo nacional de emergencia para ayudar al colectivo, pero los pedidos de auxilio desbordaron la capacidad de ayuda, señalaron.
"En Constitución (un barrio de Buenos Aires), por ejemplo, el 90% de las trabajadoras sexuales vive en hoteles de familia y más de 200 adeudan el alquiler desde el inicio de la cuarentena".
En Argentina la ley no penaliza a quien ejerce el trabajo sexual aunque sí la promoción o explotación del trabajo sexual ajeno.
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