MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
La ansiedad y la depresión a menudo están vinculadas y se supone que están estrechamente relacionadas, pero ahora una investigación, presentada en el Congreso del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología (ECNP), ha demostrado por primera vez que la depresión y la ansiedad tienen diferentes asociaciones bioquímicas con la inflamación y el metabolismo de los lípidos (grasas). Esto indica que pueden ser posibles tratamientos diferentes y más específicos para tratar la ansiedad y la depresión.
La depresión y la ansiedad comparten varios síntomas, tienen factores de riesgo comunes y, a menudo, se tratan con los mismos medicamentos. Más del 50% de los pacientes con depresión (trastorno depresivo mayor) también tienen antecedentes de ansiedad. Sin embargo, los psiquiatras los clasifican como trastornos diferentes, aunque hasta ahora ha sido difícil identificar evidencia bioquímica para ello.
Los científicos del Estudio de Ansiedad y Depresión de los Países Bajos (NESDA) utilizaron muestras de sangre de 304 personas con depresión actual, 548 con ansiedad, 531 con depresión y ansiedad, 807 con trastornos remitidos y 634 controles sanos. Utilizando un detector de resonancia magnética nuclear, analizaron las asociaciones entre 40 metabolitos encontrados en la sangre y síntomas de depresión y síntomas de ansiedad (como pánico, preocupación patológica, etc.).
"Tenemos dos hallazgos principales --explica Hilde de Kluiver, de la Amsterdam UMC--. En primer lugar, encontramos que el grupo deprimido mostró evidencia de mayor inflamación que no se observó en el grupo ansioso. También encontramos que el grupo deprimido tenía cantidades muy diferentes y tipos de lípidos en la sangre".
"Por ejemplo --prosigue--, las personas deprimidas tenían niveles altos de triglicéridos, pero niveles más bajos de ácidos grasos omega-3. Por el contrario, las personas que tenían trastorno de ansiedad tenían una composición de lípidos muy similar a la del grupo de control saludable".
"También encontramos que los metabolitos asociados con la depresión también se asociaron con la gravedad de la depresión: en otras palabras, si tenía más de un lípido asociado con la depresión, su depresión tendía a ser peor", añade.
En los últimos años, la depresión se ha asociado con alteraciones en el sistema inmunológico y el metabolismo del cuerpo, y los investigadores anteriores han demostrado que las personas deprimidas tienden a tener marcadores bioquímicos diferentes a los de las personas sanas.
Sin embargo, no se ha realizado un análisis de este tipo de un conjunto tan amplio de marcadores para la ansiedad. Este trabajo muestra, por primera vez, que el sistema inmunológico y el metabolismo de los lípidos cambian en las personas deprimidas pero no en las ansiosas.
Los investigadores esperan que estos hallazgos conduzcan a mejores tratamientos. "Nuestro grupo ahora planea probar si las personas deprimidas con inflamación alterada podrían responder al tratamiento con medicamentos antiinflamatorios", apunta Hilde de Kluiver.