Buenos Aires, 15 sep (EFE).- El arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Mario Poli, confirmó este martes la suspensión de la tradicional peregrinación a la Basílica de Nuestra Señora de Luján, hogar de la Virgen patrona del país al que marchan miles de personas cada primer fin de semana de octubre, a raíz de la pandemia de COVID-19.
Poli difundió un vídeo a través de las redes sociales en el que destaca que "este año es distinto", ya que debido a la pandemia "no se puede prestar ningún servicio durante el camino", en el que cada año miles de voluntarios asisten a los peregrinos para asegurar su bienestar durante los 60 kilómetros que separan la capital del país de la localidad bonaerense de Luján.
"Nosotros creemos que la Virgen escucha en cualquier lugar, por eso queríamos pedirles muy especialmente que cambien esta promesa (de peregrinar). Seguramente nos vamos a encontrar el año que viene con toda la fiesta, con una peregrinación inmensa para rendirle nuestra devoción y nuestro amor a la Virgen", destacó el arzobispo.
El religioso llamó a "hacer una oración ante una estampa, ante una imagen" y pedir por el fin de la pandemia, que calificó como "un flagelo" que afecta "a toda la familia humana", y por la gente que ha perdido su trabajo.
"Este año queremos decirle que la peregrinación no se hace de la forma que habitualmente la hemos hecho, sepan ustedes que tenemos que rezar mucho, pero rezar en nuestras casas, con una imagen, con una estampa. (...) Pedirle por al gente que ha perdido el trabajo, que no puede trabajar, son muchos meses, sabemos que hay mucha gente que la está pasando mal", agregó.
De la peregrinación participan tradicionalmente grupos católicos juveniles, de parroquias y movimientos eclesiales, pero también personas que deciden sumarse a la caminata en forma espontánea.
La primera caminata de jóvenes, organizada en 1975 por un sacerdote, reunió a 30.000 personas y desde entonces la cantidad de participantes se ha incrementado notablemente.
Argentina sumó este lunes 9.909 positivos del coronavirus SARS-CoV-2, lo que elevó los contagios desde que comenzó la pandemia a 565.446, mientras que se produjo una de las mayores cifras de muertes en 24 horas, con 315 decesos, y los fallecimientos por la enfermedad ya son 11.667.