Lima, 13 sep (EFE).- La Amazonía peruana volvió a ser el escenario del asesinato de un defensor ambiental, presuntamente a cargo de mineros ilegales que invadían su concesión de reforestación en una de las zonas de mayor biodiversidad de la selva amazónica.
Roberto Carlos Pacheco, hijo del localmente conocido ambientalista Demetrio Pacheco, fue hallado muerto el viernes por su padre en un sendero aledaño a la concesión con dos heridas de bala en su cuerpo, una en la cabeza y otra en la cadera.
La víctima, que junto a su familia llevan años amenazados por los invasores a la concesión, había desaparecido el día anterior cuando salió a recorrer el área de conservación, un terreno de 842 hectáreas cercano a la Reserva Nacional de Tambopata, en la sureña región de Madre de Dios, fronteriza con Bolivia y Brasil.
Demetrio Pacheco, que es vicepresidente del comité de gestión de la Reserva Nacional de Tambopata, ya había denunciado que en 2017 su hijo fue golpeado y encañonado con un arma en la boca. Más adelante dejaron una bala sobre la mesa del campamento que tenía dentro de la concesión.
AMENAZAS CONSTANTES
"Es muy probable que (los responsables de la muerte) sean mineros ilegales o taladores informales de Madre de Dios, porque no hay otra sospecha que se tenga. Ellos (defensores ambientales) son amenazados por su oposición frontal a estas actividades ilegales", explicó a la emisora RPP Noticias el representante regional de la Defensoría del Pueblo, Guimo Loaiza.
Demetrio Pacheco ya había contado en junio en una entrevista al portal Mongabay que la invasión del predio forestal comenzó en 2012 y desde entonces un grupo de unas 30 personas deforestó al menos 10 hectáreas.
Las denuncias presentadas no tuvieron mayor efecto y las amenazas se fueron agravando con el paso del tiempo, especialmente contra Roberto Carlos. "Yo a veces me pongo a pensar en qué terminará esto. Estamos expuestos sin ningún tipo de protección", dijo en junio Demetrio Pacheco.
MIGRACIÓN DE MINEROS
Aparentemente, las invasiones de mineros ilegales se volvieron más intensas desde que las fuerzas armadas y la Policía intervinieron La Pampa, la mayor zona de minería ilegal de la Amazonía peruana, donde se han devastado unas 8.000 hectáreas.
Desde febrero de 2018 existe una intervención militar en la zona que ha sacado del lugar a los mineros ilegales y a los numerosos bares y prostíbulos clandestinos que eran un centro de explotación laboral y sexual de menores y de trata de personas.
Sin embargo, esa presencia de policía y fuerzas armadas en La Pampa ha obligado a migrar a algunos de los mineros ilegales a otras áreas de la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional de Tambopata, un espacio de transición entre la superficie protegida y su entorno donde también está prohibida la minería de oro.
COMISARÍA LEJANA
El caso del asesinato de Pacheco está bajo la investigación de la Policía Nacional y la Fiscalía, aunque la Defensoría del Pueblo lamentó que la comisaría más cercana al lugar se encuentre a unos 30 kilómetros, lo que dificulta las diligencias.
Este asesinato ocurrió después de otras dos violentas muertes de defensores ambientales acontecidas este año en la Amazonía peruana como las de los indígenas Arbildo Meléndez y Gonzalo Pío Flores presuntamente a cargo de madereros ilegales invasores de sus tierras.
También aconteció a menos de dos semanas de que se cumplan seis años del cuádruple asesinato de cuatro indígenas de la comunidad Alto Tamaya-Saweto, entre ellos el ambientalista Edwin Chota, sin que hasta ahora se haya iniciado el juicio contra los presuntos asesinos, un grupo de madereros ilegales.