(Bloomberg) -- Casi ocho años después de que Shinzo Abe prometiera usar los poderes de la oficina del primer ministro para ayudar a las mujeres japonesas a “destacarse”, se va sin una sola candidata que lo reemplace.
Los tres contendientes que se inscribieron oficialmente el martes para reemplazar a Abe al frente del Partido Liberal Democrático gobernante son todos hombres, y ninguno es un firme defensor de la igualdad de género. Las dos mujeres interesadas en presentarse a las elecciones del 14 de septiembre —la exministra de Defensa, Tomomi Inada, y la exministra de Asuntos Internos, Seiko Noda— abandonaron todo esfuerzo después de no lograr reunir las 20 firmas necesarias.
La falta de mujeres en la carrera apunta a una deficiencia en el esfuerzo de Abe para promover una mayor participación femenina en puestos de supervisión, parte de un impulso más amplio para expandir la fuerza laboral cada vez menor de un país que envejece. Si bien las mujeres vieron avances en algunas áreas, como un mayor número de empleos remunerados, el próximo primer ministro japonés parece listo para presidir lo que durante mucho tiempo ha sido uno de los desequilibrios de género más severos en la política global.
Dado que el PLD ha gobernado durante 60 de los últimos 65 años, el partido tradicional ejerce posiblemente la mayor responsabilidad en el avance de las mujeres en la política. Los líderes de las poderosas facciones del partido gobernante se unieron a la mano derecha de Abe, Yoshihide Suga, casi tan pronto como el primer ministro indicó que dejaría el cargo el 28 de agosto.
“Es básicamente difícil a menos que una mujer se convierta en la cabeza de una facción”, dijo Lully Miura, quien dirige su propio instituto de investigación de políticas. La escasez de mujeres en cargos políticos de alto nivel “siempre ha afectado las políticas”, agregó, citando ejemplos como la renuencia a permitir que las parejas casadas tengan apellidos separados.
La gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, es la única mujer que ha logrado entrar en la boleta de liderazgo del PLD. Incluso ella finalmente se cansó de la falta de oportunidades dentro del partido y dejó el Parlamento para postularse con éxito al puesto más alto de la capital en 2016, sin la aprobación del PLD.
Koike ha prosperado fuera del grupo, obteniendo la aprobación pública por su manejo del brote de covid-19 y ganando fácilmente un segundo mandato este año. Pero no tiene la red nacional necesaria para derribar al PLD. La única vez que trató de crear un partido, Abe convocó a elecciones antes de que tuviera la oportunidad de organizarse.
Fuera de la política, la brecha salarial de género en Japón es una de las más amplias entre las economías avanzadas, según el Foro Económico Mundial. Otro estudio indicó que la pandemia podría haber empeorado las cosas para las mujeres japonesas, que vieron una disminución mayor en el poder adquisitivo y los ingresos que los hombres durante el colapso generado por el covid-19.
Las dificultades que enfrentan las mujeres para llegar a lo más alto del PLD reflejan en parte su escasez en todos los niveles de los partidos. Solo 10% de los miembros de la poderosa Cámara de Representantes de la Dieta Nacional de Japón son mujeres y el país ocupa el puesto 166 entre los 193 países encuestados por la Unión Interparlamentaria en términos de balance de género, detrás de Pakistán y Arabia Saudita.
Entre los miembros PLD de la Cámara de Representantes, las mujeres representan cerca de 7% del total. Otros partidos son ligeramente mejores, y las mujeres representan alrededor de 14% de los legisladores de la Cámara de Representantes en el principal bloque de oposición.
El récord del PLD difícilmente se acerca a la meta de inclusión de mujeres en 30% de los puestos de supervisión en todos los campos para 2020, iniciativa respaldada por Abe. Japón nunca ha apoyado las cuotas de género que han llevado a una mayor proporción de legisladoras en algunos otros países.
Abe nombró a cinco mujeres para su gabinete en 2014, igualando un récord anterior, y dos de ellas renunciaron por escándalos. Las legisladoras ocupan solo dos de los 20 cargos en el gabinete actual.
La naturaleza descentralizada del PLD es una de las razones por las que las aspirantes a candidatas tienen dificultades para empezar, según Mari Miura, profesora de ciencias políticas en la Universidad Sophia en Tokio, que también dirige programas de capacitación para promover a las legisladoras.
“Incluso si Abe, o la gente de Tokio, piensa que es importante encontrar más mujeres, en la política local no entienden esa lógica en absoluto”, dijo. “Es básicamente una cultura de patriarcado”.
Lully Miura dijo que los partidos de todo el espectro no lograban elevar a las mujeres políticas de manera efectiva.
“No es que no haya habido nadie con potencial, pero la forma en que los políticos de alto nivel las han elevado está mal”, dijo. “Las utilizan solo como una forma de atraer el interés público”.
Nota Original:Women Need Not Apply as Japan’s Most Powerful Job Comes Open
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