BUENOS AIRES (AP) — Las autoridades manifestaron su preocupación por el incumplimiento de las normas sanitarias de cientos de personas que durante el fin de semana se agolparon en las inmediaciones de bares y restaurantes de Buenos Aires en momentos en que se han disparado los contagios del nuevo coronavirus.
Fernán Quirós, ministro de Salud de la capital, admitió el lunes ante periodistas que “no fue bueno” el amontonamiento de personas sin barbijo y que no guardaron la distancia física necesaria en los locales gastronómicos que desde hace pocos días están habilitados para atender sólo en mesas situadas en las veredas en el marco de la cuarentena vigente desde el 20 de marzo.
Durante el fin de semana y aprovechando el buen tiempo, cientos de ciudadanos se sentaron en mesas de bares y restaurantes que, en muchos casos, no habían sido instaladas a una distancia de seguridad adecuada. Otras personas se agolpaban en las inmediaciones consumiendo sus bebidas.
Quirós instó a la ciudadanía a “respetar el distanciamiento de un metro y medio, usar tapaboca y sacárselo sólo cuando se ingiera algo” y dijo confiar en que se puedan revertir las actitudes irresponsables.
Sin embargo, defendió las medidas de apertura de la ciudad de Buenos Aires al sostener que a seis meses del inicio de la cuarentena “hay personas que no pueden seguir acompañando algunas políticas” y se decidió “llevar al espacio público algo que se venía dando en las casas”.
Por otro lado, la medida apunta a ayudar al sector gastronómico, uno de los más golpeados durante la pandemia.
Por el incumplimiento de las normas las autoridades debieron clausurar una docena de locales que se saltaron la prohibición de habilitar mesas fuera del horario permitido -hasta la medianoche- y permitieron la celebración de fiestas en el interior de sus instalaciones.
En Argentina las personas contagiadas de COVID-19 superan las 478.000 y las fallecidas son cerca de 10.000. La capital y las localidades de alrededor son los principales focos de contagio, con alrededor de 70% de los casos, y en las últimas semanas la pandemia se expandió a las provincias del interior, varias de las cuales registran un número sostenido de casos.
Las autoridades de la provincia de Buenos Aires, que aplican medidas de aislamiento más restrictivas, criticaron la atención en bares y restaurantes en la capital, donde ahora el público puede compartir mesas y que antes funcionaban bajo la modalidad de retiro o envío a domicilio.
En la provincia el municipio de San Isidro autoriza la instalación de sillas individuales y distanciadas en los locales para que los vecinos de esa localidad puedan consumir en solitario, pero están prohibidas las mesas. Sin embargo, las normas no se cumplen en su totalidad y los establecimientos son visitados por vecinos de otros lugares.