QUITO (AP) — Unas 105 comunidades indígenas ecuatorianas asentadas en las riberas del caudaloso río Coca aún sienten los estragos de un gran derrame de petróleo ocurrido a inicios de abril, cuando los dos principales oleoductos del país se rompieron aguas arriba por el deslizamiento de una montaña que destruyó ambas tuberías.
Organizaciones indígenas de la Amazonia estiman que unos 16.000 barriles de crudo llegaron a las aguas del río, lo que además obligó a cerrar una de las tomas de captación del agua para la ciudad de Coca, de 41.000 habitantes y 169 kilómetros al sureste de la capital.
De acuerdo con datos oficiales, el 6 de abril el oleoducto Transecuatoriano bombeó alrededor de 340.000 barriles de petróleo mientras el ducto de crudos pesados transportó unos 173.000 barriles. Al día siguiente ambos quedaron destruidos.
Después de cinco meses Byron Jipa, de 12 años y de la etnia quichua aún siente ardor en la piel y se queja de molestias en todo el cuerpo luego de que antes del alba del 8 de abril se zambullera en el río Coca y saliera impregnado de un producto negro y denso. Más tarde se enteró de que era petróleo.
Su padre, Abel Jima, bañó a Byron, a otros dos hijos y a un yerno con jabón, pero al no obtener resultados los limpiaron con gasolina. Todos viven en la comuna San Pablo de indígenas quichuas, 150 kilómetros al este de Quito, en medio de la Amazonia.
“Después de eso a todos se les peló la piel y les ardía especialmente entre los dedos de las manos y de los pies. A los 15 días vinieron unos doctores de las petroleras que ni les tocaron y nos dejaron pastillas de paracetamol y unas cremas", relató Abel, de 47 años.
Añadió que “desde abril el pescado desapareció del río, pescábamos con redes y atarraya (un tipo de red de pesca) la tarde y la madrugada para comer con la familia, pero ya no tenemos pescado. De vez en cuando comemos gallinita. Sembrábamos plátano, yuca, maní en las islas, pero tampoco tenemos nada de eso por el derrame”.
La Alianza por los Derechos Humanos planteó una acción de protección a favor de las comunidades indígenas afectadas, pero la justicia rechazó el recurso judicial.
Verónica Grefa, de 20 años y de la comunidad Toyuca señaló que “todas nuestras comunidades han sido afectadas y las petroleras no quieren reconocerlo. Nosotros pedimos justicia, que no nos ignoren”.
El petróleo es el principal producto de exportación de Ecuador, que produce alrededor de 535.000 barriles por día.