Las autoridades sauditas anunciaron el domingo el nombramiento de diez mujeres en cargos importantes en los dos lugares santos más importantes del islam, un paso destinado a reforzar el papel de la mujer en este país ultraconservador del Golfo.
El nombramiento de mujeres en cargos de peso en las instituciones religiosas es poco habitual en el reino petrolero saudita, que durante mucho tiempo las ha mantenido alejadas del mercado laboral. Pero desde 2016 las cosas han empezado a cambiar.
El domingo, la presidencia general de asuntos de las dos mezquitas santas de La Meca y Medina anunció el nombramiento de diez mujeres en diferentes departamentos, en particular administrativos y técnicos.
Un reclutamiento destinado a "reforzar el poder de acción de las sauditas altamente capaces y cualificadas", reza el comunicado emitido.
Las dos mezquitas santas habían reclutado con anterioridad a 41 mujeres en cargos de dirección en 2018, según la prensa local.
El refuerzo de los derechos de las mujeres ha tenido lugar en los últimos cuatro años bajo la égida del príncipe heredero Mohamed bin Salmán en el marco de su plan "Visión 2030", que pretende diversificar la economía del reino para poner fin a su dependencia del petróleo.
Actualmente, hay directoras de bancos, presidentas de empresas, guardias fronterizas, policías y camareras.
En el tercer trimestre de 2019, más de un millón de sauditas trabajaban, el 35% de la población activa del país, aunque representan también el 84% de los solicitantes de empleo.
Además de trabajar, las sauditas pueden ahora conducir un auto y obtener un pasaporte sin la autorización de un tutor masculino.
Pero pese a estos avances, el príncipe heredero es muy criticado por las ONG debido a la creciente represión de voces discordantes, como las de militantes que habiendo luchado para conseguir el derecho de conducir, habrían sido detenidas y torturadas, según sus allegados.
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