MANILA, Filipinas (AP) — Un destacado presunto terrorista a quien se ha relacionado con la decapitación de rehenes, incluyendo dos canadienses y un malasio, se entregó a la las autoridades de Filipinas tras caer herido en combate, dijeron funcionarios el viernes.
El jefe de la policía nacional, el general Archie Gamboa, anunció el jueves en la noche que Anduljihad Susukan, comandante del grupo Abu Sayyaf, se rindió tras negociaciones con la policía en la ciudad de Davao, en el sur del país, donde estaba buscado por al menos 23 casos de asesinato, seis de intento de asesinato y cinco de secuestro.
Es el comandante de mayor rango de la pequeña pero brutal milicia radical Abu Sayyaf arrestado en lo que va de año. El ejército lleva años librando enfrentándose al grupo, que en Estados Unidos y Filipinas está considerado una organización terrorista por sus bombardeos, secuestros a cambio de rescate y decapitaciones del pasado. Muchos de sus pistoleros, en su mayoría campesinos y aldeanos pobres desesperados, se han alineado con el grupo extremista Estado Islámico.
Las fuerzas de seguridad culpan a Susukan y a sus hombres de participar en secuestros transfronterizos de turistas y otras víctimas en el estadio malasio de Sabah, en la isla de Borneo.
Susukan se entregó a un jefe rebelde musulmán tras la explosión accidental de un lanzagranadas M203 en una batalla con soldados en Sulu, que le amputó el brazo izquierdo. Funcionarios militares creían que había fallecido, pero más tarde se enteraron que estaba bajo la custodia de Nur Misuari, líder de un grupo armado que firmó un acuerdo de paz con el gobierno en 1996.