NUEVA YORK (AP) — Donald Trump ordenó el jueves una amplia pero no especificada prohibición de las gestiones con los propietarios chinos de las aplicaciones móviles TikTok y WeChat, aunque no estaba claro si el presidente de Estados Unidos tiene autoridad legal para vetar las apps en el país.
Los dos decretos —uno para cada aplicación— entrarán en vigor en 45 días. Los documentos alegan que son necesarios porque las plataformas de propiedad china “amenazan la seguridad nacional, la política exterior y la economía de Estados Unidos”, y piden al secretario de Comercio que definida las transacciones prohibidas para esa fecha.
El Ministerio de Exteriores de China expresó su oposición a la medida, pero no indicó si Beijing tomarán represalias.
Aunque la redacción de los decretos es vaga y parece apresurada, algunos expertos señalan que parecen buscar prohibir que las populares plataformas estén en las tiendas de Apple y Google, lo que podría parar de facto su distribución en Estados Unidos.
“Este es un uso de la autoridad presidencial sin precedentes", dijo Paul Triolo, analista de Eurasia Group, en un correo electrónico. Como mínimo, añadió, las órdenes parecen “constituir una prohibición de la capacidad de las tiendas de apps estadounidenses de Apple y Google para incluir cualquiera de las dos aplicaciones móviles tras 45 días”.
Según Triolo, las órdenes podrían enfrentar recursos legales y advirtió que es probable que Beijing “reaccione con dureza, al menos retóricamente”. Los decretos presidenciales citan autoridad legal conferida por la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional y la Ley Nacional de Emergencias.
La medida es el último intento del gobierno de Trump para frenar a China, una superpotencia económica en ascenso. En los últimos años, Washington ha librado una guerra comercial con Beijing, bloqueó fusiones que implicaban a empresas chinas y limitó los negocios de firmas como Huawei, un fabricante de celulares y equipos de telecomunicaciones. Por otra parte, se culpó a hackers vinculados a China de robos en bases de datos federales estadounidenses y de la agencia de crédito Equifax. El gobierno chino impone estrictos límites a lo que las firmas estadounidenses pueden hacer en el país.
La política estadounidense en este año electoral parece estar avivando esas llamas, mientras Trump parece estar empleando las fricciones con Beijing para conseguir el respaldo de los votantes.
El Ministerio de Exteriores chino acusó a Washington de “manipulación política" y dijo que la decisión perjudicará a empresas y consumidores estadounidenses.
“Estados Unidos está usando la seguridad nacional como excusa, abusa con frecuencia del poder nacional y reprime sin motivos a empresas de otros países", dijo un vocero del ministerio, Wang Wenbin. “Este es un acto hegemónico. China se opone firmemente a él".
Wang, que no mencionó a TikTok ni a ninguna otra empresa por su nombre, pidió a la Casa Blanca que “corrija su error” pero no dio indicios que cómo podría responder Beijing.
En un comunicado, TikTok expresó su sorpresa por la orden ejecutiva y se quejó de que viola ley estadounidense. Aseguró que no almacena datos de usuarios estadounidenses en China y que nunca se los ha entregado a Beijing ni ha censurado contenido a petición del gobierno.
TikTok afirmó que pasó casi un año tratando de alcanzar una “solución constructiva” pero que el gobierno de Trump “no prestó atención a los hechos” y trató de entrar de forma inapropiada en negociaciones comerciales. La plataforma dijo que “buscará todos los medios” disponibles para garantizar que la empresa y sus usuarios son “tratados de forma justa”.
Tencent, propietario de WeChat y la empresa tecnlógica más valiosa de Asia, y Microsoft declinaron realizar comentarios.
Legisladores tanto republicanos como demócratas comparten preocupaciones sobre TikTok que van desde su vulnerabilidad a las campañas de censura y desinformación, a la seguridad de los datos de los usuarios y a la privacidad de los menores. Pero el gobierno no proporcionó evidencia específica de que TikTok haya puesto a disposición de Beijing los datos de usuarios estadounidenses. En su lugar, los funcionarios señalaron a la hipotética amenaza que reside en la capacidad del gobierno chino para demandar la cooperación de las empresas del país.
Antes esta semana, Trump amenazó con “cerrar” TikTok a menos que Microsoft u otra empresa la comprase antes del 15 de septiembre, una advertencia que la nueva orden ejecutiva parece formalizar. El secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo el miércoles que expandiría la batida contra la tecnología para prohibir que las apps chinas estuviesen en tiendas virtuales estadounidenses, citando presuntas amenazas de seguridad y refiriéndose a TikTok y WeChat por su nombre.
“Estados Unidos piensa que cualquier cosa que sea china es sospechosa", apuntó Andy Mok, investigador del Centro para China y la Globalización de Beijing. “Están siendo atacadas no por lo que han hecho, sino por quienes son".
Destacados expertos en seguridad móvil dicen que TikTok no es más intrusiva en la recopilación de datos de sus usuarios y en el monitoreo de su actividad que las aplicaciones estadounidenses propiedad de Facebook y Google.
TikTok, conocida por sus videos cortos y pegadizos, es una aplicación sumamente popular entre los jóvenes de Estados Unidos y otros países. Es propiedad de la compañía china ByteDance, que opera una versión aparte para el mercado chino.
WeChat y su aplicación hermana Weixin son aplicaciones muy populares en China que incluyen mensajería, transferencias de efectivos y una serie de servicios, y dice tener más de 1.000 millones de usuarios. En todo el mundo, muchos expatriados la usan para mantenerse en contacto con amigos y familiares en su país y para hacer negocios en la china continental. Son propiedad de Tencent, un conglomerado digital chino.
Dentro de China, WeChat está censurada y se espera que se adhiera a las restricciones de contenido fijadas por las autoridades. El grupo de monitoreo de internet Citizen Lab, con sede en Toronto, dijo que WeChat monitorea archivos e imágenes compartidos en el extranjero para ayudar a su censura en China.
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Los periodistas de The Associated Press Barbara Ortutay en Oakland, California; Mae Anderson en Nueva York; Frank Bajak en Boston y Zen Soo en Hong Kong, contribuyeron a este despacho.