Más de 30 años después de la catástrofe de Chernóbil, y antes de las elecciones presidenciales del domingo, Bielorrusia cargó combustible este viernes en su primera planta de energía nuclear, diseñada y financiada por Rusia, pese a la oposición de su vecina Lituania.
"El primer conjunto con combustible nuclear nuevo se ha cargado en el núcleo del reactor", indicó la agencia nuclear rusa Rosatom en un comunicado, precisando que se pondrá en marcha en los próximos meses.
Construida por Rosatom, la central de Ostrovets (noroeste), a 40 kilómetros de la capital lituana, se compone de dos reactores de 1.200 megavatios cada uno y debe cubrir un tercio de las necesidades energéticas del país.
El presidente bielorruso Alexandre Lukashenko celebró esta semana el proyecto como un gran avance hacia la independencia energética del país.
El domingo se enfrenta a la popular candidata de la oposición Svetlana Tijanóvskaya en las elecciones presidenciales.
Bielorrusia continúa marcada por los peligros nucleares, ya que una cuarta parte del territorio fue irradiada en 1986 por la explosión de un reactor de la central soviética de Chernóbil, en la actual Ucrania.
La central de Ostrovets, cuyas dos torres de refrigeración son visibles desde los alrededores de Vilna, preocupa a Lituania, que afirma que no cumple con las normas de seguridad.
Debido a la preocupación sobre la energía nuclear, multiplicada tras el accidente de Fukushima, en Japón, en 2011, las autoridades de Bielorrusia y la constructora rusa intentan dar tranquilidad.
Rosatom afirma que la central "responde a todas las exigencias post-Fukushima, a las normas internacionales y a las recomendaciones del OIEA".
Sin embargo, preventivamente las autoridades lituanas han distribuido tabletas de yodo a los residentes para evitar el cáncer de tiroides, han puesto a prueba las sirenas de alerta y han señalado rutas de evacuación.
apo/alf/thm/lp/pc