Ante el posible despido de decenas de miles de empleados de aerolíneas en los próximos meses, grupos sindicales presionan al Congreso para que destine más fondos federales para mantenerlos en nómina hasta principios del próximo año.
Los sindicatos han logrado un apoyo importante entre los demócratas y esperan que la posibilidad de despidos masivos antes de una elección crucial atraiga algunos votos republicanos.
La industria de la aerolínea se ha visto golpeada por la pandemia del virus. En marzo, las empresas recibieron 32.000 millones de dólares para ayudarles a pagar los salarios de los siguientes seis meses a cambio de no despedir a trabajadores. El fondo y la prohibición de despidos expiran el 1 de octubre, lo que significa que podría haber grandes recortes de personal menos de cinco semanas antes de la elección del 3 de noviembre.
“A final de cuentas, la Casa Blanca será responsable de eso y también lo serán los 23 senadores republicanos que se postulan para la reelección”, dijo Sara Nelson, presidenta de la Asociación de Asistentes de Vuelo. “No creo que sea un riesgo político que alguien esté dispuesto a tomar”.
Sin embargo, la aprobación está lejos de ser segura. Las aerolíneas ya reducen su tamaño, al persuadir a miles de trabajadores a aceptar voluntariamente una baja indemnizada o un retiro adelantado. Y han recaudado miles de millones de dólares en préstamos, para darles una mejor posibilidad de sobrevivir un prologando desplome de viajes.
Trece sindicatos de aerolíneas se han unido para presionar al Congreso con el fin de lograr una extensión de seis meses de la provisión de nómina. Del total, 25.000 millones de dólares serían para aerolíneas de pasajeros.
Las grandes aerolíneas apoyan la extensión, pero se mantienen discretas. Los representantes sindicales y de las aerolíneas temen que si las grandes aerolíneas presionan abiertamente para obtener más dinero, podría considerarse como un rescate financiero.