WESLACO, Texas, EE.UU. (AP) — Al iniciar las tareas de recuperación y limpieza en el sur de Texas tras el paso de la tormenta Hanna, los residentes enfrentaban la posibilidad de tener que realizar el trabajo durante un aumento de casos de coronavirus, lo que ha provocado que muchos teman por su salud.
Ahora como depresión tropical, Hanna se ubicaba a 105 kilómetros (65 millas) al norte de Fresnillo, en el estado mexicano de Zacatecas, con vientos de unos 40 kilómetros por hora (25 millas por hora), informó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos. Sus remanentes aún amenazaban con causar aguaceros e inundaciones en el sur de Texas y el norte de México.
Para Nora Esquivel, de 66 años, quien desde marzo prácticamente no ha salido de su casa en Weslaco, Texas, por la pandemia, los daños a su casa causados por Hanna significan mayor exposición al virus.
“Sin contacto con nadie, sólo mi hija de vez en cuando, y ahora con esto tengo que permitir que personas entren a mi casa, el seguro y todo esto, y tengo miedo”, dijo Esquivel entre lágrimas, quien toma medicamentos para el corazón y la mañana del domingo su hijo tuvo que rescatarla en kayak de su casa.
“Todos mis amigos se mueren… temo por mi familia, por todos, no sólo por mí, y así está todo el mundo”.
Tras de paso de Hanna, que arrojó hasta 41 centímetros (16 pulgadas) de lluvia en algunas partes del sur de Texas y el norte de México, funcionarios reportaron dos personas muertas en la ciudad mexicana de Ramos Arispe, cerca de Monterrey, después que torrentes de agua provocados por Hanna arrastraran su vehículo. Tres personas fueron reportadas desaparecidas en Monterrey y tres más estaban desaparecidas en la ciudad fronteriza de Reynosa, limítrofe con McAllen, Texas, según la agencia de protección civil de México.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo que el estado enviaría pruebas y personal hospitalario adicionales a las comunidades del sur impactadas por Hanna para asegurar que la tormenta no exacerbe la propagación del virus.
“La propagación del COVID puede ser mucho más mortífera que el daño causado por la tormenta”, dijo Abbott en una transmisión en KRGV-TV. Planeaba visitar el martes las áreas dañadas.
El gobernador pidió que los residentes se adhieran a las normas de distanciamiento social y usen mascarillas si tienen que salir de sus casa e ir a un albergue. Funcionarios dijeron que los albergues estaban montados de la forma más segura posible, con revisiones de temperatura por personal médico en el lugar. Algunos eran acomodados en habitaciones de hotel.
Comunidades fronterizas golpeadas por Hanna ya estaban abrumadas por la crisis del coronavirus y, en algunas de ellas, los pacientes fueron trasladados vía aérea a hospitales de ciudades más grandes.
En el condado Cameron, que colinda con el condado Hidalgo, funcionarios dijeron que estaban agradecidos de que el huracán no saturara los hospitales, que todavía lidian con muchos enfermos de COVID-19.
El juez del condado Cameron, Eddie Treviño Jr., el principal funcionario electo del condado, dijo que había reportes de por lo menos 150 casas inundadas y de algunas vialidades todavía obstaculizadas por los elevados niveles de agua, pero que en general el condado había salido bien librado.
“Creo que somos muy afortunados de que la tormenta no provocara grandes, grandes inundaciones, y ninguna vida perdida”, dijo.
Sin embargo, funcionarios del condado Cameron seguían preocupados por la pandemia, ya que la semana pasada los casos aumentaron en 2.587, más que el total entre mediados de marzo y el 1 de julio. El condado tiene más de 7.800 casos. Las muertes han aumentado en 81 en la última semana, dijo Treviño. Hace una semana, el condado tenía 96 muertes.
Al norte del condado Cameron, en el condado Nueces, Corpus Christi reportó que 60 infantes dieron positivo a COVID-19 entre el 1 y el 16 de julio.
Los estados costeros trabajaron en los meses previos para adaptar sus planes de contingencia contra huracanes para incluir el coronavirus, y Hanna resultó ser la primera prueba importante.
Abbott anunció el domingo que la Agencia Federal de Manejo de Emergencias aprobó una declaración de emergencia que enviará fondos federales a la zona.
Hanna tocó tierra como tormenta categoría 1 la noche del sábado con vientos de 145 km/h (90 mph), cerca de Port Mansfield, que se ubica a unos 210 kilómetros (130 millas) al sur de Corpus Christi.
Más de 65.400 usuarios permanecían sin electricidad el lunes a lo largo del sur de Texas, incluido en Corpus Christi, Harlingen y McAllen, informaron empleados del servicio.
En la ciudad mexicana de Matamoros, colindante con Brownsville, la lluvia empapó un campamento de refugiados con aproximadamente 1.300 personas, incluidos recién nacidos y ancianos, que llevan meses esperando comparecer ante una corte de inmigración de Estados Unidos.
En la ciudad mexicana de Reynosa, un hospital de maternidad resultó dañado por los torrenciales aguaceros y se requirió usar bombas para extraer el agua, informaron las autoridades. Algunas pacientes tuvieron que ser trasladadas a pisos superiores y otras fueron llevadas a otros hospitales, señaló Pedro Granados, director de protección civil del estado de Tamaulipas.
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Lozano reportó desde Houston. El periodista de Associated Press Mark Stevenson en la Ciudad de México contribuyó a este despacho.
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