Nicaragua celebra 41 años de revolución marcado por pandemia

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El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, presidió este domingo el acto por el 41° aniversario de la revolución sandinista, protegido con mascarilla, aunque ha minimizado el impacto de la pandemia y evitado medidas de contención.

El gobierno dispuso sin embargo medidas para evitar el contagio durante la celebración que, por primera vez en 41 años, se limitó a un acto con un reducido grupo de seguidores, todos jóvenes.

El acto, que no había sido anunciado previamente, se realizó en la plaza de la revolución, en un escenario con una estrella pentagonal formada por flores, helechos y sillas dispuestas en forma de circulo para los invitados.

"Estamos celebrando este aniversario con algunas medidas para proteger la vida de una epidemia que ha sorprendido" a todos los países, dijo Ortega, que centró su discurso en la pandemia, aunque dejó claro que continuará sin adoptar medidas para su contención.

Desde el inicio de la pandemia, Ortega ha estado casi desaparecido, y su última presentación pública fue en junio en medios oficiales para una reunión internacional.

Pese a las críticas de expertos de salud sobre el manejo de la pandemia en Nicaragua, Ortega aseguró que ha sido tratada con éxito por la respuesta de las autoridades de salud y destacó el último informe que reporta 91 muertos por el virus.

El mandatario relegó a la familia el cuidado para evitar contagiarse y criticó que algunas personas llegan al hospital "cuando ya les está faltando el oxígeno".

"Tenemos que seguir guardando las medidas de protección desde las familias (...) todos juntos haciendo cultura, deportes, en la escuela, universidad y trabajo", dijo el gobernante.

El mandatario de 74 años estuvo acompañado en la mesa por su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo; los jefes del Ejército; la Policía y otros funcionarios, en su mayoría sancionados por Estados Unidos por violación a derechos humanos durante protestas antigubernamentales y corrupción.

Estados Unidos sancionó el viernes a su hijo Juan Carlos Ortega y a José Mójica, señalado como testaferro de los negocios familiares del mandatario.

No obstante, el mandatario no hizo mención a estas medidas contra su gobierno.

El presidente, que gobierna por segunda vez el país desde 2007, ha sido blanco de fuertes protestas desde 2018, que han sumido a Nicaragua en una profunda crisis política y económica, agravada ahora por la pandemia.

jr/gma

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