México, 18 jul (EFE).- Una cámara subacuática de 360 grados se ha convertido en El Nautilus, el submarino de ficción ideado por el escritor francés Julio Verne, para un grupo de exploradores mexicanos que filman ese mundo desconocido de cenotes y cuevas de la Península de Yucatán, sureste de México.
Al igual que la novela "20.000 leguas de viaje submarino" (1.869), en la que Verne ofrece una visión detallada de paisajes submarinos, los arqueólogos subacuáticos mexicanos captan la belleza del enigmático mundo de Yucatán.
"Son sistemas naturales caprichosos que tienen recovecos y formas muy difíciles de interpretar por otros medios que no sean los tecnológicos", contó en entrevista con Efe el especialista en arqueología subacuática por la Escuela Nacional de Antropología e Historia, Octavio del Río.
"Para esas exploraciones se necesita todo un equipo especial que te dé la posibilidad de vivir y sobrevivir. Viajar por los cenotes y las cuevas es sumergirse en las venas de la tierra. Son pasadizos laberínticos, sobre todo en Quintana Roo, y son de los más extensos en el planeta", expuso el experto.
LA AYUDA DE LA TECNOLOGÍA
Del Río, quien desde 1995 ha sido colaborador de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en diversos proyectos de investigación, recordó que aquellos años los registros eran en lápiz y papel.
"Nunca imaginamos que llegaríamos a disponer de la tecnología actual. Todo ha ido evolucionando y nosotros nos fuimos adaptando y logramos registros cada vez más precisos de estos contextos por demás complejos e inhóspitos", agregó Del Río.
Fue precisamente la llegada de la generación de modelos en tercera dimensión (3D) y el registro de imágenes en cámaras de 360 grados lo que permitió a los especialistas captar imágenes de los contextos arqueológicos y el entorno natural en el que se encuentran esos famosos cuerpos de agua de la Península de Yucatán.
"El objetivo del proyecto era dar a conocer esos lugares, a los que solo acceden los especialistas, para que pudieran ser visitados y estudiados mediante recreaciones virtuales y sin riesgos, además de concretar un documento que se preserve de forma digital para las futuras generaciones y la posteridad", dijo Del Río.
INMERSIONES VIRTUALES
Del Río, quien forma parte de la primera y única generación de especialistas en arqueología subacuática egresados de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, contó que "meterse a estos lugares es complicado" ya que se requiere un equipo y un tipo específico de entrenamiento.
Además de la formación académica, se requieren la técnica necesarias para la práctica del espeleobuceo, para llevar a cabo investigaciones científicas, además de registros precisos de los vestigios arqueológicos y paleontológicos de la zona.
"Son lugares muy delicados que hay que preservar", expuso Del Río y relató que con la generación de los modelos en 3D surgió la propuesta de un proyecto que diera a conocer estas investigaciones y sus resultados y que además permitiera visitar estos sitios en inmersiones virtuales.
Fue así como el grupo de investigadores encabezados por Octavio del Río y Eugenio Aceves, además del director Esteban Sanders y el productor Enrique Fonte, se dedicaron a registrar y crear imágenes que permitieran el acceso y la sensación de inmersión a los sitios.
Del Río conoce prácticamente de memoria la zona. En 1998 dio los primeros pasos al dirigir el Proyecto Catálogo Arqueológico de Cenotes y Cuevas Inundadas del Estado de Quintana Roo.
Esta investigación años más tarde derivaría en un "Atlas Arqueológico Subacuático para el Registro, Estudio y Protección de los Cenotes en la Península de Yucatán" del cual es codirector junto con Adriana Velázquez, quien fue directora del centro INAH en Quintana Roo (1994-2018).
Entre decenas de investigaciones arqueológicas en cenotes y cuevas, Del Río participó en la investigación de los restos óseos de 10 de los primeros pobladores de América, todos localizados en las cuevas inundadas de Tulum.
Entre ellos, la Mujer de Naharon, que con 13,700 años de antigüedad es actualmente el fósil humano más antiguo encontrado en América.
EL DOCUMENTAL
De esta forma, en los últimos años, dieron vida al documental "Los cenotes, grietas del suelo y del tiempo", del Proyecto Arqueológico de Cenotes y Cuevas de la Península de Yucatán (INAH) y que este año ganó en la V Muestra Nacional de Imágenes Científicas (MUNIC) en la categoría de Museos Virtuales, Domos inmersivos y Planetarios Digitales.
Ello permitirá al equipo la representación de México en la XXX Bienal Internacional de Cine Científico (BICC) que se celebrará en Madrid, España, aunque por la pandemia no se sabe con precisión cuando se llevará a cabo.
Además del oxigeno, vital para las inmersiones y del traslado del equipo en cada inmersión, Del Río contó que la iluminación fue el mayor reto para el equipo y para resolverlo recurrieron al ensayo de prueba y error hasta lograr las imágenes que ellos buscaban.
El documental de alrededor de 35 minutos está dividido en tres cápsulas: los cenotes en general, la mujer Naharon y la megafauna y los pobladores de aquella época y en cuanto la pandemia en México lo permita, el proyecto estará en los domos digitales del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en el país y eventualmente en una plataforma en internet.