VARSOVIA (AP) — El presidente de Polonia, el conservador Andrzej Duda, que hizo una campaña de tintes homófobos y antisemitas, ganó por la mínima un segundo mandato en las disputadas elecciones del fin de semana derrotando al progresista alcalde de Varsovia, según un conteo casi definitivo.
Los partidarios de Duda celebraron lo que interpretaron como un mandato claro para que el mandatario y el partido gobernando que le respalda, Ley y Justicia, continúen con un rumbo que ha reducido la pobreza pero aumentado el temor a que la democracia se vea amenazada.
Voces críticas y grupos de derechos humanos expresaron su preocupación porque la victoria de Duda impulsara las tendencias intolerantes no sólo en Polonia, sino en otros países de la UE, que ha tenido problemas para frenar la erosión del estado de derecho liderada por el primer ministro de Hungría, Viktor Orban.
Orban compartió el lunes en Facebook una foto de sí mismo estrechando la mano de Duda en el parlamento húngaro, con el mensaje “¡Bravo!" y las imágenes de una mano haciendo la “v” de victoria y una bandera polaca.
Zselyke Csaky, experto en Europa central del grupo de derechos humanos Freedom House, dijo que la victoria de Duda daba al partido “básicamente rienda suelta” hasta las próximas elecciones parlamentarias, previstas para 2023, “para eliminar los límites a su poder y trabajar en la destrucción de las instituciones independientes polacas, como la judicatura o los medios”.
Los resultados casi completos, con el 99,97% de los distritos contabilizados, mostraban un 51,21% de apoyo para Duda y al progresista alcalde de Varsovia, Rafal Trzaskowski, por detrás con el 48,79% de los votos, según la comisión electoral polaca.
Los resultados finales, previstos para más tarde el lunes, podrían variar ligeramente, aunque la ventaja de Duda parecía insalvable.
La estrecha diferencia refleja las profundas divisiones culturales en el país, miembro de la Unión Europea.
La agria campaña se vio dominada por cuestiones culturales y sociales. El gobierno, los medios estatales y la influyente Iglesia católica se movilizaron para apoyar a Duda, un conservador social, que intentó avivar el temor en torno a la comunidad LGTB, los judíos y los alemanes.
Duda también obtuvo un aparente respaldo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con una invitación de última hora a la Casa Blanca a finales de junio. Trump elogió a Duda, indicando que “está haciendo un trabajo fantástico. La gente en Polonia piensa que es estupendo”.
La campaña de Duda se centró en defender los valores tradicionales, en un país de 38 millones de habitantes con mayoría católica, y en mantener el gasto social.