Buenos Aires, 8 jul (EFE).- El CAF–Banco de Desarrollo de América Latina aprobó un crédito de 300 millones de dólares para fortalecer en Argentina la entrega, entre los sectores más vulnerables, de tarjetas para compra de alimentos, informaron este miércoles fuentes oficiales.
La aprobación de esta línea de financiamiento se produjo durante una videoconferencia de la que participaron autoridades argentinas y el directorio de CAF.
A su llegada a la Presidencia argentina, en diciembre pasado, Alberto Fernández anunció la puesta en marcha del Plan Nacional Argentina Contra el Hambre, con el fin de atender la emergencia social y económica del país, que inició una recesión en 2018 que aún continúa y que se ha agravado por la pandemia del coronavirus.
Dentro de ese plan, la llamada Tarjeta Alimentar está destinada a las madres y padres con hijos de hasta 6 años que ya estén recibiendo la Asignación Universal por Hijo -ayuda mensual a padres desocupados o con trabajos informales por hasta 5 hijos menores de 18 años-.
También a embarazadas a partir de los 3 meses que también reciben subsidios y personas con discapacidad en la misma situación vulnerable.
Según informaron las fuentes, hasta junio de este año, la Tarjeta Alimentar tenía 1,5 millones de titulares y beneficia a un total de 2,8 millones de personas.
Estas tarjetas, que se recargan de manera automática todos los meses con montos que van entre los 4.000 y los 6.000 pesos (de 56 a 84 dólares), dependiendo de la situación de sus beneficiarios, solo se pueden usar para la compra de alimentos.
El crédito de 300 millones de dólares otorgado por CAF–Banco de Desarrollo de América Latina servirá para reforzar este proyecto, estará a cargo del Ministerio de Desarrollo Social en un plazo de 18 meses y se amortizará a lo largo de 20 años.
Según los últimos datos divulgados por el Instituto Nacional de Estadísticas en abril pasado, en el segundo semestre de 2019 el 35,5 % de las personas estaban bajo la línea de pobreza en Argentina.
Pero la irrupción del coronavirus, que llevó al Gobierno a dictar una cuarentena el 20 de marzo que se mantiene férrea en diversas zonas del país, principalmente en Buenos Aires y su cinturón urbano, ya ha dejado un fuerte impacto en la economía y se espera que haga elevar los indicadores de pobreza.