El calentamiento global parece que será un problema para los peces más grande de lo que los científicos pensaban en un principio: Un nuevo estudio mostró el jueves que cuando los peces están desovando o son embriones, son más vulnerables al agua más caliente.
Con el cambio climático de nivel medio provocado por el hombre que se tiene previsto para el término del siglo, los océanos, ríos y lagos del mundo estarán demasiado calientes para aproximadamente 40% de las especies de peces del orbe durante las etapas de desove o vida embrionaria, de acuerdo con el estudio publicado en la revista Science. Eso significa que pueden extinguirse o verse obligados a cambiar cómo y dónde viven y se reproducen.
Hasta ahora, los biólogos sólo habían estudiado a los peces adultos. Para ellos, alrededor del 2% al 3% de las especies estarían en una zona demasiado caliente en el año 2100 con una proyección similar del calentamiento. Así que utilizar este nuevo enfoque revela un problema que se desconocía para el futuro de los peces, señalaron los científicos.
En el peor escenario del cambio climático, que algunos científicos dijeron que es cada vez menos probable, la cifra de especies en peligro aumenta al 60%.
Estos momentos vulnerables en la vida de un pez hacen de esto un “cuello de botella” para la salud futura de las especies, dijo Hans-Otto Portner, coautor del estudio y biólogo marino del Instituto Alfred Wegener en Alemania.
Una ola de calor marina ocurrida el año pasado causó que un gran número de salmones murieran en los ríos de Alaska. También mató huevos de bacalao, mostrando cómo podría ser un futuro más cálido, dijo Flemming Dahlke, autor principal del estudio y biólogo marino del Instituto Alfred Wegener.
“Dado que los peces que desovan y los embriones son los más sensibles al calentamiento de las aguas, eso significa que las poblaciones de peces no podrán reemplazarse”, dijo el ecologista de la Universidad de Rutgers Malin Pinsky, quien no participó en el estudio pero lo elogió. “Sin reproducción y sin descendencia, no tenemos peces, no hay pesca ni pescados en nuestros platos”, añadió.
En el estudio de 694 especies, Dahlke y Portner encontraron que algunos de los peces que podrían verse más afectados por este fenómeno incluyen al abadejo de Alaska —la pesca principal en Estados Unidos y la fuente de filetes de comida rápida_, así como especies muy conocidas como el salmón rojo, la trucha marrón, el bonito, la barracuda y el pez espada.
“Mientras más permitamos que la temperatura cambie... más perderemos la base natural de la vida humana, incluyendo los alimentos del mar”, señaló Porter.
Cuando la temperatura del mar esté demasiado alta para desovar, las especies podrían trasladarse a otro sitio más fresco o desovar en otra época, pero eso no es fácil, dijo Dahlke. “Esto podría significar muchos problemas para muchas especies”.
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Seth Borenstein está en Twitter como @borenbears
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