CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Un año después de que comenzó a operar, la Guardia Nacional de México sigue siendo, en el mejor de los casos, un enigma carente de transparencia, y en el peor, un astuto encubrimiento político para mantener a las fuerzas armadas del país realizando un papel destacado en la seguridad interior, denunciaron el lunes organismos activistas.
El presidente Andrés Manuel López Obrador hizo campaña contra la continua participación del Ejército y la Marina Armada en una labor policial para la que nunca fueron creadas ni entrenadas. Desilusionado por la ineficacia de la Policía Federal, ya como mandatario basó su estrategia de seguridad en una nueva fuerza que utilizaría recursos de las fuerzas armadas, pero cuya naturaleza sería civil.
Los organismos Causa en Común A.C., el Observatorio de la Guardia Nacional y México Unido Contra la Delincuencia condenaron el lunes a la Guardia Nacional por considerarla “una corporación militar, extensión directa de las Fuerzas Armadas”.
Es un cuerpo con unos 100.000 efectivos formado en gran medida por policías militares que conservan su puesto y sus prestaciones en las fuerzas armadas, aunque de nombre son miembros de la Guardia Nacional, señalaron. La Guardia Nacional sigue dependiendo del Ejército y la Armada para obtener gran parte de sus recursos, y parece que no hay separación o muy poca entre las fuerzas armadas y el nuevo cuerpo de seguridad. También incluye a personal que perteneció a la Policía Federal.
Además, López Obrador decretó que las fuerzas armadas continuarán sus labores policiales al menos durante los próximos cuatro años, un aparente reconocimiento de que la Guardia Nacional no tendrá la capacidad en un futuro cercano para aplacar la creciente violencia en el país. Hubo más de 35.000 homicidios en México el año pasado, la cifra anual más elevada hasta la fecha.
Alejandro Hope, un analista de seguridad que participó en la presentación del lunes, dijo que la Guardia Nacional era “una pantomima mal camuflajeada” y “sucursal del Ejército”.
Señaló que López Obrador no está interesado en crear una nueva fuerza civil de seguridad, sino más bien en encubrir que las fuerzas armadas sigan en las calles.
La creación de la Guardia Nacional se llevó a cabo a costa de la inversión en fuerzas policiales civiles y de las reformas judiciales que se requieren para hacer frente a la delincuencia en México, dijo María Elena Morera, presidenta de Causa en Común.