Un ola de violencia en zona indígena mapuche enciende las alarmas en Chile

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En la imagen, Gonzalo Blumel,
En la imagen, Gonzalo Blumel, ministro del Interior de Chile. EFE/Elvis González/Archivo

Santiago de Chile, 26 jun (EFE).- Una cadena de ataques perpetrados presuntamente por activistas mapuches en los últimos días en las regiones sureñas de La Araucanía y Bío Bío han encendido las alarmas en Chile, que bajara desplegar en la zona un importante despliegue militar en medio de la pandemia del nuevo coronavirus SARS-CoV-2.
El último incidente se produjo la madrugada del jueves en la localidad de Ercilla, a 600 kilómetros al sur de Santiago y perteneciente a La Araucanía, cuando encapuchados interceptaron un bus, bajaron a los trabajadores de una empresa local que viajaban en él y prendieron fuego al vehículo.
Un día antes, dos camiones fueron destruidos y un conductor resultó herido en otro ataque perpetrado en Ercilla, a la altura de la Ruta 5, la carretera más importante de Chile que atraviesa el país de norte a sur.
Esta semana también resultó afectada en un ataque con explosivos una antena de telefonía de la compañía Claro en la localidad de Tirúa, en Bío Bío y a 700 kilómetros al sur de la capital, lo que obligó a los titulares de Interior y Defensa a realizar una visita a la zona.
"Estos hechos son muy graves y buscan causar temor y debilitar el estado de derecho, razón por la que hemos venido ejerciendo acciones penales, coordinando acciones investigativas e implementando nuevas medidas que permitan mejorar la seguridad", afirmó durante la visita el ministro del Interior, Gonzalo Blumel.
Según el diario local La Tercera, el Gobierno está preparando un contingente de 80 militares para enviar a la zona, que trabajarán a las órdenes del cuerpo policial de Carabineros para restablecer la normalidad y proteger principalmente la Ruta 5.
"La región no necesita represión, necesita soluciones. Pero acá parece que nadie aprende la lección", dijo esta semana a los medios el senador de la opositora Democracia Cristiana (DC) y miembro de la etnia mapuche, Francisco Huenchumilla.
"No estoy justificando a quienes utilizan la fuerza y la violencia, esa no es la forma, pero la violencia es el síntoma. Los problemas de fondo en el mundo rural e indígena de La Araucanía son la pobreza, la precariedad, el abandono y un problema territorial no resuelto", agregó.
CONFLICTO ENQUISTADO
Desde hace décadas, existe en La Araucanía y otras zonas del sur de Chile el llamado "conflicto mapuche", que enfrenta a comunidades indígenas con empresas agrícolas y forestales que explotan tierras consideradas ancestrales.
Entre las principales reivindicaciones mapuches se encuentran la posibilidad de mayor representación política en el Parlamento y la creación de un Ministerio Indígena, así como el reconocimiento constitucional de los pueblos originarios.
Según cifras del último censo, los mapuches son el pueblo originario más numeroso en Chile y representan cerca del 10 % de la población.
"Las élites políticas y económicas históricamente han optado por la asimilación, la integración o la represión. No ha existido una mirada de largo aliento que acepte y reconozca sustantivamente a los pueblos originarios que habitan el territorio", explicó el investigador del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR), Claudio Fuentes.
"Mientras aquel reconocimiento sustantivo no se produzca, continuaremos anclados en un paradigma integrador y militarista", alertó el experto en una columna publicada en el medio CIPER.
El conflicto ha provocado la muerte violenta de varios comuneros -el último y el más el del joven Camilo Catrillanca-, policías y agricultores, además de incendios de propiedades y maquinarias, con decenas de mapuches condenados bajo la ley antiterrorista.
El pasado 23 de junio, un grupo de personas realizaron una marcha por las calles de Temuco, capital de La Araucanía, para pedir la libertad los presos mapuches, muchos de los cuales están en huelga de hambre.

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