Los Ángeles (EE.UU.), 24 jun (EFE).- ¿Qué hizo que uno de los actores más populares de Hollywood se enamorara de Eurovisión? "Las canciones, el vestuario, las explosiones... En Estados Unidos no actuamos así", aseguró a Efe Will Ferrell, que protagoniza la comedia "Eurovision Song Contest: The Story of Fire Saga".
"No me lo podía creer (...). Nosotros no actuamos así salvo que sea un 'show estilo' Siegfried & Roy en Las Vegas (EE.UU.) o algún concierto de una banda de heavy-metal...", bromeó.
Así que de esa pasión inesperada por uno de los espectáculos televisivos y musicales más impactantes, extravagantes e irresistibles del mundo surgió "Eurovision Song Contest: The Story of Fire Saga", una película que estrena Netflix el viernes con Rachel McAdams, Pierce Brosnan y Dan Stevens escoltando a Ferrell.
La parodia no es algo nuevo para Ferrell, que ya deslumbró en ese campo del humor en "Saturday Night Live" o "Anchorman: The Legend of Ron Burgundy" (2004).
Y en este caso, la inspiración le llegó hace mucho tiempo a través de su familia.
"Mi esposa (la actriz Viveca Paulin) es sueca. Y en mi primera visita a su familia en Suecia, que fue durante la primavera, parte de la experiencia del viaje fue que, un día después de cenar, nos sentamos todos a ver la final de una cosa llamada Eurovisión", recordó.
"Así que me senté ahí durante tres horas y vi todas las canciones, la votación, cómo está construida la competición (...). Y solo recuerdo que me encantó. Pensé que era muy interesante, muy divertido y 'cool', y me pareció que algún día se podría hacer una gran película de eso. Y aquí estamos", resumió.
ISLANDESES SOÑADORES Y CAMEOS EUROVISIVOS
Con el director David Dobkin ("Wedding Crashers", 2005) a los mandos, "Eurovision Song Contest: The Story of Fire Saga" se centra en Lars (Ferrell) y Sigrit (McAdams), dos islandeses bastante peculiares, que son amigos inseparables y que sueñan con representar algún día a su gélido y pequeño país en Eurovisión.
Más por el azar que por su destreza musical, Lars y Sigrit se cuelan en la competición, pero por el camino tendrán que superar algunos problemas y traumas personales.
Esta comedia intenta explotar todos los clichés que han convertido a Eurovisión en algo maravilloso para los "eurofans" y en una absoluta horterada para quienes lo detestan.
Así, canciones como "Volcano Man" bordan los estereotipos de los temas de Eurovisión, aspirantes como el ruso Lemtov (Dan Stevens) recrean el entusiasmo real por el concurso, las coreografías y vestuarios sobre el escenario rememoran algunas locuras y disparates que se han visto en las galas, e incluso ABBA juega un papel fundamental en la epifanía de Lars y Sigrit.
Aunque es posible que el mayor regalo para los "eurofans" esté en los cameos, ya que por la cinta desfilan ganadores de Eurovisión como Salvador Sobral (Portugal), Conchita Wurst (Austria) o Netta (Israel).
RISAS Y HOMENAJE
No es complicado hacer una comedia sobre Eurovisión cuando los propios seguidores y responsables del concurso son los primeros en reírse sanamente de lo ridículo que puede ser en ocasiones.
Pero, sin descuidar el humor, Ferrell intentó rendir tributo asimismo al legado y la historia del certamen.
"Cuando nos sentamos con los organizadores de Eurovisión para explicarles, nos dieron permiso para que nos divirtiéramos con ello. Son muy muy conscientes del humor que tiene Eurovisión a veces", dijo el actor.
"Pero también queríamos presumir de la importancia de Eurovisión y rendir homenaje a este espectáculo increíble que, de alguna forma, sucede cada año. Así que éramos muy conscientes de que, aunque nos lo queríamos pasar bien, también queríamos hacer una carta de amor a Eurovisión", agregó.
En este sentido, Ferrell asistió a la edición de 2018 en Lisboa para ver el festival desde dentro.
"Hablamos con un montón cantantes y lo que nos impresionó de verdad fue el sentido de comunidad. Sí, los países intentan ganar y si ganas significa mucho. Pero, al mismo tiempo, están ahí solo por su arte, están respaldando a los demás", consideró.
"Esa fue un poco la idea principal que nos llevamos y que quisimos articular en la película", finalizó.
David Villafranca