LA PAZ (AP) — La pandemia ha vuelto a dar un revés al gobierno y los políticos bolivianos enzarzados en disputas electorales al registrar un nuevo récord con 1.105 infectados y 47 decesos, un día después del anuncio de la presidenta interina Jeanine Áñez de convocar a elecciones el 6 de septiembre.
Desde que se suspendió la cuarentena el 1 de junio, los contagios de COVID-19 se han disparado hasta alcanzar el martes 25.493 casos positivos y 820 fallecidos. Ante el aumento, el Director de Epidemiología del Ministerio de Salud dijo que “la agenda debe marcarla la pandemia”. “Posiblemente no podamos ir a las urnas”, declaró Virgilio Prieto a la televisora UNITEL.
La presidenta interina culpó el domingo al expresidente Evo Morales, cuyo partido controla el Legislativo, y al exmandatario y candidato Carlos Mesa, segundo en las encuestas, de haber “presionado” para que ratificara los comicios para una fecha en la que la pandemia estará en su peor momento, según la ministra de Salud, Heidy Roca.
Poco después, un hombre de 55 años se suicidó. El hombre, que padecía la enfermedad hace dos semanas, se lanzó del tercer piso del hospital que lo atendía, explicó a los medios el administrador de la clínica, Daniel Tórrez. “Los galenos nos dijeron que él estaba estable, pudo haber sido posiblemente por la saturación, imaginamos que fue el miedo a la pandemia”, agregó Tórrez.
El Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, fue el que fijó la fecha de los comicios en una ley luego de una consulta con el Tribunal Supremo Electoral.
Mesa declaró que Áñez debe “asumir sus responsabilidades” al haber promulgado la convocatoria a comicios que ya fueron aplazados una vez por la epidemia.
“El pedido de elecciones no es de los partidos, es un pedido de la sociedad que quiere recuperar la democracia”, dijo a su vez Luis Arce, el exministro de Economía y candidato por el partido de Morales y a quien las encuestas ubican en primer lugar pero sin la cantidad de votos suficiente para ganar en primera vuelta.
En tanto, el presidente del Tribunal Supremo Electoral, Salvador Romero, anunció que se trabaja en protocolos de bioseguridad y anticipó que el voto "será más rápido, como un trámite bancario”. “Seguramente tendremos filas, pero se respetará la distancia social”, acotó.
La pandemia dejó en suspenso la transición a nuevas elecciones tras la violenta convulsión social de finas del año pasado que obligó a Morales a renunciar bajo sospechas de fraude electoral en las fallidas elecciones del 20 de octubre en las que buscaba un cuarto mandato.
Con un sistema de salud precario, la epidemia está desbordando la capacidad de los hospitales y ha puesto a prueba a Áñez , quien también es candidata presidencial y cuyo gobierno se ha visto envuelto en escándalos de corrupción en la compra de respiradores.
Entre tanto, en una localidad quechua al sur de Bolivia se produjo una marcha en la que sus pobladores pedían que se levante la cuarentena para que puedan retornar a sus actividades pese a los contagios y fallecidos.