Sao Paulo, 19 Jun 2020 (AFP) - El exministro brasileño de Salud Luiz Henrique Mandetta deploró la militarización de esa cartera que lidera el combate al nuevo coronavirus. "Los médicos no saben de guerra, los generales no saben de salud", declaró en una entrevista con la AFP.Destituido por el presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro en abril debido a discrepancias sobre cómo abordar la crisis sanitaria, Mandetta lamentó que el ministerio "perdiera la credibilidad" en plena pandemia, que ya dejó casi 50.000 muertos y un millón de casos en Brasil, el segundo país por diagnósticos y óbitos en el mundo.Este médico de 55 años, que respaldó contra la opinión de Bolsonaro las medidas de confinamiento, asesora voluntariamente a autoridades regionales, pero asegura que nunca fue contactado por sus sucesores en el Ministerio de Salud. Esa cartera está tutelada de forma interina por el general Eduardo Pazuello, quien en un mes ya nombró a más de veinte militares en cargos claves.Mandetta, miembro del partido DEM (derecha), no descarta lanzarse al ruedo presidencial en 2022 junto al exministro de Justicia Sergio Moro, quien renunció en abril también por desavenencias con Bolsonaro.Estos son los principales extractos de la entrevista, realizada el jueves en un hotel de Sao Paulo. P: El ministerio modificó la difusión de números de la covid-19. ¿Las cifras son confiables?R: Cada vez que cambias la metodología de números quiebras la confianza de la población. Lo único que no deberían haber hecho era perder la credibilidad del Ministerio de Salud, porque en epidemias, la credibilidad es lo que da autoridad. No podemos afirmar [si son confiables], podemos apenas hacer evaluaciones con instituciones y la sociedad civil y ver si se aproximan. Es lamentable que perdieran esa credibilidad construida en base a números, transparencia y divulgación plena a la sociedad. P: ¿Ya pasó lo peor en Brasil?Depende de la ciudad. Lo peor ya pasó en ciudades en el norte y noreste. Sao Paulo debe estar caminando ahora hacia una tendencia de caída en las próximas semanas, vamos a ver cómo esas medidas de flexibilización repercuten. Igual en Rio de Janeiro. Otras ciudades en el sureste me parece que aún están en ascenso. En el sur no comenzó aún. En el centro-oeste está comenzando. Hablando de Brasil como un todo, la epidemia sólo podrá analizarse con la estabilización de la curva en todas las regiones, lo que debe ocurrir a fines de agosto o en septiembre. P: ¿Qué opina de la recomendación de usar la hidroxicloroquina, incorporada por el general Pazuello?R: Decíamos que adoptaríamos esa recomendación en el Ministerio sólo después de tener la comprobación científica [de su eficacia]. No es cuestión de estar a favor o en contra. Vemos ahí una estrategia militar en ese tipo de recomendación. Cuando un Presidente capitán propone a un Ministro general publicar ese protocolo me parece lo más cercano a un ensayo a ciegas que hemos visto. Son dos personas que no tienen ningún compromiso con el área de la salud, sino con el área política y en la lógica militar. Infelizmente el Ministerio de la Salud hoy no ejerce una función de gestión de salud, es un ministerio bajo ocupación militar y de números militares. P: ¿La militarización del Ministerio le sorprendió?R: Fue decepcionante, desagradable. Los médicos no saben de guerra y los generales no saben de salud. La historia dirá, los números dirán, siempre y cuando sean claros y no se censuren los números. P: ¿La reapertura económica de algunos estados es precipitada?Con esa ausencia del Ministerio de la Salud lo que vemos es que esa decisión pasó a los gobernadores y alcaldes. Los alcaldes tenían elecciones en cuatro meses, estaban tomando decisiones presionados por el calendario electoral. Hay presión económica también, pero si liberaban precozmente, rebasabas los hospitales, entonces es una decisión que se toma de forma asimétrica. Algunos estados están mejor asesorados y tienen sistemas de salud más fuertes que otros. Es un país de muchos contrastes. Veo [la situación] con mucha aprensión. Vamos a ver lo que ocurre. P: ¿Conversó con Bolsonaro desde su salida?R: No. P: ¿Y con sus sucesores?R: No. P: ¿Ha conversado con el exministro Sergio Moro? ¿Una candidatura presidencial en 2022 es posible?R: Creo que tenemos el deber como ciudadanos de dialogar con la sociedad brasileña y de participar activamente en las elecciones, sea como candidatos o como ciudadanos. No está descartada [la candidatura conjunta].pr/js/yow